Caminos para un reencuentro, de Montse Barderi y Emma Vilarasau (Huso Editorial) | por Francisca Pageo

Montse Barderi, Emma Vilarasau | Caminos para un reencuentro

Montse Barderi es filósofa y escritora. Emma Vilarasau es actriz. Juntas, y bajo el auspicio de la editorial Huso, forman este pequeño libro, aunque grande en contenido, sobre las vidas de Ella Maillart y Annemarie Schwarzenbach y la relación que tuvieron entre ambas.

Si bien hace poco Pilar Bellver nos traería una novela epistolar sobre Virginia Woolf y Vita Sackville-West en A Virginia le gustaba Vita, aquí tenemos otro sobre Maillart y  Schwarzenbach basada, inicialmente, en el viaje que hicieron de Suiza a Kabul en 1939 y es en esta edición donde vemos reflejados los detalles más intrínsecos de sus experiencias, sus vidas y obsesiones. Estamos ante un epistolario que, sin duda, Annemarie Schwarzenbach ya reflejaría en sus libros y cartas, pero que nos aporta una visión más objetiva, quizá más vívida y lúcida, sobre lo que ambas mujeres vivieron juntas.

Con la II Guerra Mundial como telón de fondo, las cartas entre ambas mujeres retratan la angustia y fuerza que muestran ante la vida. La una impulsa a la otra a ser valiente y sobreponerse a los obstáculos que se presentan, como el internamiento de Annemarie en un psiquiátrico y su consecuente experiencia. «Y decidir quererte, también decidir cambiarte. Perdona, no es eso: deseaba hacer emerger de ti todas las cualidades que entreveía. Porque veía en ti todo lo que podías ser, y si una parte de ti me inquietaba, la otra, me fascinaba; tu incapacidad para vivir a medias, tan loca y tan valiente, apta tanto para los triunfos más elevados como para las derrotas más incontestables. Así eras tú, el ángel desolado te había llamado Thomas Mann, para ti eras un ángel tan rojo como ingrávido, capaz de crear el cielo y el infierno porque ambos los arrastrabas en ti.», diría Ella a Annemarie. Además, la adicción de Annemarie a la morfina será aquí vista de una manera viva y dura, y nos hará cómplices de todo lo que Annemarie sufrió y tuvo que hacer para salir de ella.

Aquí, a modo de ficción, el profundo amor y apego de ambas, por muy contradictorio que parezca, hace que estén alejadas la una de la otra. Ambas se admirarían mutuamente y la una sin la otra se sentirían como si algo faltase en su vida, como si el aliento de una formara parte de la otra, y viceversa. Estamos sin duda ante un amor platónico y sincero, lleno de ideales que no triunfarán pero que se verán reflejados de una manera u otra en la vida de cada una. Todo ello reflejado en un epistolario vivaz y consecuente sobre el amor, la vida y las experiencias que estas mujeres tuvieron, aunque las cartas sean ficción. Para las autoras, las que escriben esto, será la muerte de Annemarie (un pequeño accidente en bicicleta) la piedra angular de su imaginación literaria, el punto clave para llevar a cabo este bello aunque duro epistolario que nos traen de vuelta la vida de dos mujeres clave para entender la historia -ya no sólo la que ellas vivieron, sino también la historia de la mujer en sí, pues son mujeres que crecieron en un punto de inflexión de la historia del S.XX.

Caminos para un reencuentro es un viaje lleno de viajes, es un libro sobre la vida, la fuerza y el amor, es un libro para hacernos entender que amar significa e implica más cosas de las que pensamos y de las que estamos dispuestos a hacer. Caminos para un reencuentro es caminar junto a alguien, aunque ese alguien esté lejos y no lo veamos, aunque ese alguien quiera encerrarse en sí mismo pero unas cartas hagan que cojamos la fuerza suficiente para seguir hacia adelante y avanzar.

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