Tzvetan Todorov, considerado como uno de los mayores intelectuales del último siglo, escribió en El triunfo de artista, publicado por Galaxia Gutenberg, todo lo que la Revolución rusa dejó tras de sí durante los años 1917 y 1941, permitiéndonos comprobar la admiración que el propio autor reflejó en su obra por los artistas expuestos. Así, el eje de su trabajo tratará aquí de la relación entre dos protagonistas: las artes y el poder. Y es que El triunfo del artista es un libro en dos partes que reúne un retrato colectivo y otro particular del artista frente al poder totalitario. Todorov nos presenta todo el régimen político de la Rusia de entonces y todo a lo que a los artistas y creadores se vieron sometidos. Es un libro en el que anotar obras y libros de todos los autores que se presentan. El autor ahondará en la vida y obra de cada creador para enseñarnos cómo los cambios políticos les afectaron. Ellos serán Boris Pasternak, Marina Tsvietáieva, Isaak Babel, Máxim Gorki, Alexander Blok o Dmitri Shostakovich, entre otros.
Todorov traza una relación entre la revolución política y la revolución personal que vivieron cada uno de estos autores. Algunos de ellos serían perseguidos y sólo podrían escribir clandestinamente, como Ósip Mandelstam, quien fue prisionero; o en el exilio, como Tsvietáieva, que posteriormente tendría que volver a Rusia y cometería suicidio. «Para poder escribir, el poeta debe estar en armonía con su tiempo», se dice en el libro. ¿No es esto paradójico? La gran mayoría de los autores que se muestran no estaban del todo conformes con lo que les tocó vivir, y sin embargo ellos lo hacían, como si no pudieran hacer otra cosa. Escribir, en aquella etapa, era un campo de batalla en el que se libraban las vidas a cambio de algo de poesía, a cambio de algo que elevara el alma. Quizá ahí resida el motivo de este libro, el fundamento principal sobre el que Todorov se asienta para dar luz a todos los artistas que a él le elevaron y que vivieron tales cosas.
En el libro confluyen todas las artes que se vieron mermadas ante el nuevo poder. Asimismo, se incluyen unas necrológicas de autores que bajo el mandato de Stalin no lo tuvieron fácil. Los pequeños ensayos sobre Malévich son cuanto menos esclarecedores sobre la revolución y lo que le tocó vivir. Para él había un gran paralelismo entre el orden estético y el orden político. Todorov lo dibuja como a un soñador y deja clara su postura de izquierdas ante la vida. «Si hay una revolución en arte comparable a la que han llevado a cabo los bolcheviques en la sociedad, es la de los artistas de vanguardia como Malévich. Unos y otros derriban el orden antiguo y proponen otro en su lugar.»
Sin duda, Todorov, gracias a todos los libros legados de su padre (tenía una gran colección de libros de escritores rusos y en ese idioma), como bien se explica en el libro, lleva a cabo una exhaustiva investigación de todo lo que la revolución dejó tras de sí. De esto modo, nos hallamos ante una edición para tener guardada a buen recaudo y a la que recurrir si queremos saber qué pasó exactamente con cada autor analizado en sus páginas. Ya no sólo porque nos muestra la historia tal como ocurrió, sino por enseñarnos los diferentes caminos y pensamientos que cada autor tuvo. El triunfo del artista es un imprescindible para conocer la cultura rusa y su historia y cómo esta mermó en los autores que vivieron esa Revolución.
[…]
Si no quieres perderte nada, puedes suscribirte a nuestra lista de correo. Es semanal y en ella recordaremos todo lo publicado durante los últimos días.