La apariencia de las cosas, de John Berger (Gustavo Gili) Traducción de Pilar Vázquez | por Sandra Martínez

John Berger | La apariencia de las cosas

De John Berger se pueden decir muchas cosas, pero prefiero resumirlas en que posee una sensibilidad como la que suele atribuirse a los poetas y a los artistas. Esta forma de verlo todo está presente en cada palabra que articula en los textos que se recogen en La apariencia de las cosas, una de las antologías más célebres del autor que ahora publica en español la editorial Gustavo Gili.

Escritos en la década de los sesenta, estos textos que nos permiten hacernos una idea general de John Berger van desde relatos de ficción hasta biografías de personajes, pasando por reflexiones en torno a las diferentes prácticas artísticas que él mismo ha llevado a cabo a lo largo de su vida y ensayos sobre la revolución checoslovaca de 1969. Encontramos aquí consideraciones muy presentes en toda su obra como la relación entre vida o muerte —para la que se sirve de la fotografía del cadáver de un personaje tan conocido como Che Guevara—, la muerte de las artes tradicionales y las costumbres tradicionales en el arte o el acto creativo y el futuro. Para hablar de esto último, por ejemplo, utiliza a Fernand Léger y confiesa que su texto sobre éste no es sino una torpe reflexión sobre este párrafo del pintor: “Hemos de crear una sociedad sin frenesí, una sociedad tranquila y ordenada, que sepa vivir de una forma natural en la Belleza, sin romanticismos ni protestas, de una forma muy natural. Avanzamos en esa dirección y hemos de concentrar nuestros esfuerzos en esa meta. Es una religión más universal que las otras, compuesta de goces humanos concretos y tangibles, libres de todo ese misticismo atormentado de los viejos ideales que van desapareciendo poco a poco, dejándonos el terreno libre para construir nuestra religión del futuro”.

Vemos aquí al autor algo más serio y no tan abstracto como en sus otros escritos más líricos, pero en total armonía con sus otras obras y siendo siempre fácilmente perceptible su grado de libertad. Esta libertad del autor, de la que habla Nikos Stangos en la introducción, viene determinada por su pensamiento marxista y el planteamiento basado en el razonamiento y sus leyes de esta corriente de pensamiento, que toma en consideración la totalidad de la naturaleza y la experiencia humana. Condiciona esto su forma de acercarse a las personas, a los personajes históricos de los que habla en este libro y que él considera ejemplares e imprescindibles, y también al arte y a la política en general. Este acercamiento, por tanto, no lo realiza de forma analítica a través de las ciencias naturales sino contemplando desde un punto de vista dialéctico una obra o una acción como una situación existencial donde se ha dado libertad total. “La libertad es la facultad de elección entre alternativas que coexisten de una forma dialéctica y totalmente integrada, en cualquier situación concreta. El análisis fragmenta esta integración y, por consiguiente, niega la libertad y resquebraja y viola la obra de arte (…) el grado de libertad, en este sentido, que presentan una obra o una acción determina su exito o su fracaso”, resume Nikos.

En su texto Una vez en un poema, recogido en Páginas de la herida, John Berger habla precisamente de esta facultad de elección entre alternativas del lenguaje como esencia de la poesía. “Todo depende de la relación entre las palabras. Y la suma total de todas esas relaciones posibles depende de la manera en la que el escritor se relaciona con el lenguaje, no como vocabulario, no como sintaxis, ni siquiera como estructura, sino como un principio y una presencia”.

Es una determinada sensibilidad, como de la que hablaba al principio, la que articula de una forma concreta y atrayente este lenguaje, como podemos ver en los documentos de John Berger reunidos en este volumen. Es aquí, como decía, menos poético, pero igualmente interesante y curioso, acercándonos a la historia del arte y permitiéndonos profundizar en ella a través de sus autores y sus vidas, muchas veces para el autor más relevantes que su propia obra, aunque no por eso dejan de ser una pieza clave para la comprensión del arte, de la historia y también de la política.


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