Las tres muertes de Blancanieves. Cuento trágico inspirado en el más antiguo manuscrito de los hermanos Grimm, de Ander Berrojalbiz (Pepitas) | por Gema Monlleó
Érase una vez. Así comienzan los cuentos.
Érase una vez una reseña que no es una reseña.
Érase una vez una de las frases más conocidas de los cuentos de hadas: “Espejito, espejito sin mella, ¿quién es entre todas la más bella?”.
Érase una vez la trastienda de un cuento.
Érase una vez una investigación bibliográfica sobre el qué, el quién, el cómo, el cuándo y (quizás) el por qué.
Érase una vez la diosa del mito sumerio Inanna, protectora de la ciudad de Uruk y a la que se erigieron siete templos. Inanna, diosa del amor, la belleza, el sexo, la guerra, la justicia y el poder político, descendió al inframundo de Irkalla (protegido por siete puertas y habitado por los siete jueces Anunna) para enfrentarse a su hermana y deidad opuesta Ereshkigal.
Érase una vez Quíone, la hermosísima hija de Dedalión en las Metamorphoseis de Ovidio (Italia, 43 a.C – 17 d.C.). Quíone en griego significa nieve.
Érase una vez San Mateo 2634: “Jesús le dijo: En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces” (Evangelio según San Mateo, Nuevo Testamento).
Érase una vez la bula Super illius specula que promulgó el papa Juan XXII en 1327, en la que condenaba, entre otros, a quienes hacían preguntas a los espejos recibiendo respuesta.
Érase una vez las manzanas de ungüento repartidas en Ilharre (Reino de Navarra) por Pes de Guoythie y Condesse de Beheythie en 1370.
Érase una vez una manzana untada con adelfa picada (una peligrosa planta con más de diez sustancias tóxicas) que Esclamonda Aymar le dio a Margarida Soler en Engordany (Andorra) en 1471. Y érase una vez Margarida Soler quien, a su vez, le dio media manzana refrescada a Esclamonda Aymar.
Érase una vez la sentencia por brujería contra María Guida en 1473 acusada de haber envenenado manzanas.
Érase una vez un grimorio (libro de conocimiento mágico europeo) del siglo XV con un ritual para consagrar anillos a los demonios. Con la invocación a los daimonion (δαιμόνιον) el conjuro prometía que la persona a quien se le ensartara el anillo caería como muerta.
Érase una vez un manuscrito escrito por Ferdinand Grimm en 1808 (con anotaciones de su hermano Wilhem) con un relato sobre una mujer de Kassel de la familia Hassenpflug.
Érase una vez una historia escrita a varias manos por los hermanos Grimm.
Érase una vez un conjunto de 54 relatos y cuentos de hadas recopilados por Jacob y Wilhem Grimm en 1810.
Érase una vez un volumen de relatos con comentarios publicado por los hermanos Grimm en 1856 y otro más de 1857 con un cambio sustancial que no revelaré.
Érase una vez Ander Berrojalbiz (Vizcaya, 1983), músico y especialista en leyendas populares vascas sobre herejía y brujería, autor de Las tres muertes de Blancanieves en 2022.
Érase una vez una reseña que es un compendium cronológico de los rastros históricos seguidos y sobre los que escribe Berrojalviz.
Érase una vez, de nuevo, una de las frases más conocidas de los cuentos de hadas: “Espejito, espejito sin mella, ¿quién es entre todas la más bella?”.