Nana de tela, la vida tejida de Louise Bourgeois, de Amy Novesky e Isabelle Arsenault. Traducido por Pilar Adón (Impedimenta) | por Francisca Pageo

Amy Novesky e Isabelle Arsenault | Nana de tela, la vida tejida de Louise Bourgeois

Louise Bourgeois fue una artista multidisciplinar –aunque mayormente conocida por sus esculturas de madera, acero, piedra y caucho– que dio vida y presencia al mundo del arte desde los primeros años cuarenta y que sigue vigente a día de hoy, a pesar de su muerte en 2010, cuando tenía noventa y ocho años.

En este libro, llevado a cabo por la escritora Amy Novesky y por la ilustradora de libros infantiles Isabelle Arsenault, tenemos en las manos la vida que la afamada artista tuvo, desde su niñez hasta la edad adulta, que con gran pasión y dedicación estaría volcada por completo al arte. Es notable la educación que Louise Bourgeois tuvo, ya que fue gracias al negocio familiar, la tapicería, que la artista cogería ésta como base para iniciarse en el campo artístico. La influencia de su madre será lo más destacable en su vida y en este libro, pues es gracias a ella que Bourgeois obtendrá sus poderosas y visibles obsesiones.

El libro nos cuenta tanto narrativa como ilustradamente, todo ello. Bourgeois, que comparaba a su madre con una araña –ésta tejería sus tapices como las arañas tejen sus telas–, tomó la obsesión como meta e influencia. Sin embargo, la figura de su padre, en cierto modo ausente, también se verá reflejada en sus posteriores obras de madurez. Aunque aquí no salga, hay una profunda reflexión en la obra de Bourgeois que toma del psicoanálisis una poderosa fuente de recursos; su carrera será rica en productividad debido a la gran influencia de sus padres, las relaciones de estos y su infancia. Bourgeois dibujó, pintó y tejió; y echaba tanto de menos a su madre que esculpió arañas gigantes. Es este un libro, en cierto modo, sobre la maternidad, su presencia y su ausencia, ya que nos hace ver su grado de incidencia, su importancia, en la vida de la artista.

También destaca la importancia de la naturaleza en la vida de Louise Bourgeois. Cómo aquella influiría en su manera de ver las cosas, en su manera de crear y de dar presencia a todo lo nuevo que llegaría a ella. El libro también nos cuenta su paso por la universidad, hasta la muerte de su madre y de ahí, a raíz de esto, su paso hacia la pintura. Bourgeois vivió una vida entregada a la creación y ésta se verá enormemente reflejada en el libro que tenemos presente. Las ilustraciones, bellísimas, nos muestran parte del aspecto creativo -contado aquí, para un público infantil- que la artista tuvo en su vida.  Es destacable el uso y dominio de Isabelle Arsenault en su manera de ilustrar. Llevándonos por tonos rojos y azules, colores pasteles y negros. Ellos y las delicadas líneas, esbozos y pequeños detalles nos dejan vislumbrar la creación de Bourgeois de una manera naïf, nada cruda y visceral como lo es en realidad su obra, para que así el público infantil pueda apreciar y llegar al arte de la artista.

De este modo estamos ante un libro especialmente dedicado a los niños, a aquellos que empiezan a apreciar el arte, así como a aquellos a los que se lo queremos enseñar. Es un libro delicado, nada denso, ligero como las alas que Louise Bourgeois tiene a sus espaldas a la hora de crear, que nos lleva por el camino del arte, el camino de la creación, para así saber apreciarlo y conocer más de él.

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