El jardín contra el tiempo, de Olivia Laing (Capitán Swing) Traducción de Lucía Barahona | por Francisca Pageo
Si bien actualmente se están editando muchos libros sobre jardines y jardinería, el libro que nos trae Olivia Laing no es propiamente un libro sobre jardines. Es un libro sobre la vida en torno a ellos, sobre la vida que hacemos en ellos, sobre cómo nos inspiran o cómo nos evocan ese pequeño cielo en la tierra. Si bien ya hablé de jardines en 2019, no voy a seguir la estela que hicieron los monjes, sino la que hace e hizo Olivia Laing.
La autora recuerda que desde su infancia ya los tenía en mente, que siempre se fijaba en ellos, que el jardín siempre fue algo más que una simple evocación. Es asimismo tener un jardín un modo de vida, de estar ante el mundo. Dice Laing que los jardines son el lado opuesto de la guerra, y yo no puedo sino afirmarlo, incluso aunque el jardín esté en desuso o abandonado. Los jardines que nos muestra Laing nos habla de su vida, de sus paisajes, de sus vivencias en diferentes ciudades y va trazando un mapa alrededor de las cosas que decía John Milton o Derek Jarman, quienes también tenían un gran afán por ellos.
Los jardines de los que se hablan aquí nos muestran que todo cambia, que el mundo tiene sus ciclos, sus obras por hacer y su curiosa forma de ser. Los jardines constituyen todo un hito en Inglaterra. Los hay a cada lado, por todos lados, cuidados o no cuidados. Laing se fija en ellos y hace un esbozo desde su más tierna infancia hasta la actualidad, pasando por la pandemia en la que decidió por sí misma que construiría un jardín en su casa, aunque más que construirlo, lo remodelaría. En la pandemia, según nos cuenta, hubo un boom en Inglaterra de gente que se dedicaría a plantar flores y plantas y pequeños huertos. Esto nos dice que tener un jardín es un signo vital para mantener nuestra cordura; quien lo cuida y lo mantiene, ocupada y con la mente ordenada estará.
Pero Laing va más allá, ella nos habla de ese edén que se ha construido para sí misma. A modo de ensayo, nos pone esbozos de sus diarios mientras reconstruía el jardín. No hay nada más que ver su instagram (https://www.instagram.com/olivialanguage/) para empaparnos de verde y flores que ella misma ha cuidado. Nos cuenta su día a día, como sale a primera hora de la mañana para plantar bulbos o regar plantas. Sin duda Laing nos trae un libro excesivo sobre lo que implica tener un jardín, y es que es un libro denso y bastante exhaustivo sobre ellos. No técnicamente, pero sí arduamente. La autora escribe con tanto tesón que se nos vuelve un libro para leer a ratos, poco a poco, para que las palabras nos llenen con su rocío.
El jardín contra el tiempo es un libro sobre libros, sobre lo que es la jardinería y lo que es tener que llevar un jardín y todo el tiempo que nos consume. Cuando Laing se lanzó a este proyecto no sabía lo que sucedería, pero el proyecto dio sus frutos, lo argumentó, lo solventó y ahora tenemos unas vistas preciosas llenas de flores, tulipanes, rosas y todo tipo de plantas para hacernos ver que la naturaleza también puede ser una extensión de nuestra vida y nuestra alma. Naturalezas vivas que se convierten en más vida.