Aves (Revista Litoral) | por Francisca Pageo
Aunque no lo parezca, es difícil escribir sobre uno (muchos) de los animales que más te obsesionan, las aves. Hace poco vino a mis manos el último número de la revista Litoral, ni más ni menos que dedicado a las Aves, y se me hace imposible no hablar de él, aunque las palabras cuesten, aunque el silencio sea lo primero que se haga. De hecho, dice Robert Lynd en una cita extraída de este último numero de la revista que para poder ver pájaros es necesario formar parte del silencio, y qué razón. Como una pequeña enciclopedia alada, pues sus páginas se convierten en plumas de todos los colores y todos los tamaños, Aves se convierte en un número de referencia para todo aquel interesado en ellas y no quería dejar pasar tal belleza suscitada por las imágenes, ensayos y poemas que se nos muestran.
Los poemas que aquí se presentan, todos de diferentes autores: poemas de Leonard Cohen, de Pessoa, de Saint-John Perse, de Emily Dickinson, de Keats, de Eugenio Mandrini, Alda Merini, Ruben Darío y un largo etcétera de autores conocidos y desconocidos, se convierten aquí en notas de a pie de foto, de ilustración, de pintura, de arte en sí, que nos sitúan en esos aspectos que las aves tienen de por sí: los vuelos, la presencia la suavidad de sus plumas. Por no hablar del arte que la revista ha elegido para este número, cabe hablar de la belleza del cisne amenazado de Jan Asselijn, cuya elegancia es embaucadora y profunda, o la fotografía El sueño del poeta de Philippe Halsman, donde se nos aparece Jean Cocteau retratado con palomas blancas, siendo protagonista de un sueño lleno de belleza, o el Gallinero de Francis Picabia, donde uno ha de fijarse detalladamente par ver las gallinas y diferenciarlas unas de otras, llenas de sensualidad.
El número también conforma un Avecedario, que como el nombre indica se nos muestra como una pequeña enciclopedia de las distintas aves que hay; que aunque no están todas las que existen, sí existen, y de qué modo, todas las que están. Hay una disección de las aves, de sus ojos, sus huellas, sus plumas, pero también de sus espíritus y esencias. No sólo se nos presentan a las aves en la literatura, sino también en la música, como el jazz, el rock o la música clásica. En esta última cabe destacar como Vivaldi, con La primavera, nos seduce con su violín que es el gorjeo de un pájaro, con la orquesta, que son el correr de los arroyos, la brisa y el zumbido de los insectos. El silencio es nuestra lengua materna, dice Samuel Beckett; pero sin los pájaros también habría silencio en la naturaleza, también lo es la de ellos.
¿Por qué no volamos? ¿Podríamos volar de alguna manera? Inventémonos alas, volemos con nuestros sueños como ya hacemos en ellos pero nunca seremos libres del todo como los pájaros, como estos pájaros que aquí se presentan. Porque este número de la revista Litoral tiene alas, sus páginas son alas, llenas de plumas como pájaros. Un libro-revista lleno de cantos varios, pero también de silencio, de luz y belleza hacia la vida y la naturaleza, hacia nuestro ser más íntimo. Inventémonos las alas para volar con nuestra imaginación, como volamos al saber de estas aves, al leer estas poesías y ver tanto arte aquí mostrado.