Construir bajo el cielo. Un ensayo sobre la luz, de Marta Llorente (La Huerta Grande) | por Francisca Pageo
Marta Llorente es arquitecta y profesora, ha realizado cursos de música y pintura, y también escribe sobre arquitectura y urbanismo. Con Construir bajo el cielo, un ensayo sobre la luz, Llorente crea un libro de luz íntima y habitable, luz creadora de espacios que construimos bajo el cielo y que construimos con nuestra mirada.
Antes del inicio de la vida, ¿existía la luz? Nos preguntamos al leer este libro. La luz crea y la luz habita, la luz hace que la memoria y los recuerdos sean posibles, la luz hace que lo que existe por sí mismo exista así también para nosotros. Luz como presencia inmanente, incluso en la oscuridad, pues la oscuridad es posible gracias a su ausencia. Con este libro, pensamos la luz. Para Llorente, la filosofía y la arquitectura determinaron su incursión en el universo de la luz. Construir bajo la luz se alimenta de imágenes, de recuerdos de luces y sombras en los espacios habitados, de poemas, relatos o mitos que hacen posible que saquen nuestras sombras más intimas y nuestras luces, artes que iluminan.
Construir bajo el cielo es un libro sobre la historia de lo lumínico, pasando por la ciencia hasta las artes, las religiones, mitologías y arquitectura, la luz siempre ha estado ahí, como un faro, como algo que vemos al final del túnel o como algo que nos guía. El significado de la propia luz nos incide en el modo que tenemos de buscar la belleza y es así como este libro es la belleza misma; pues nos guía y nos ilumina y nos hace pensar en cómo de necesaria la luz es, en cómo, al incidir sobre los espacios, estos también terminan formando parte de nuestra memoria, de nuestro modo de ver las cosas, de nuestra ta’wil, como nos comenta Henry Corbin en la visión arquetipal islámica, particular. La luz crea metáforas y, asimismo, Marta Llorente crea un libro de poética lírica y pura. Aunque sea un ensayo. Aunque nos muestre las cosas como son. No como las queremos o deseamos ver. La luz lo atraviesa todo y sin ella sería imposible concebir la vida terrestre, sería imposible concebir los colores que vemos, sería imposible concebir la belleza, la arquitectura, lo que nos nutre y, ante todo, nuestra consciencia. Esa parte tan fundamental a la hora de ver nuestras carencias y de ver cómo realmente vivimos, pensamos, deseamos y hacemos voluntad. Me gusta el especial hincapié que hace Llorente sobre la luz íntima, esa que crea los espacios, pues es en esos espacios donde encontramos no solo la poesía de la vida que nos toca vivir, sino la que la propia naturaleza crea por sí misma.
Al leer este libro no veremos la luz igual que antes, algo cambia en nosotros. Marta Llorente ha encontrado la semilla que hace germinar el amor por la vida, la pasión por lo que está ahí y no nos damos cuenta, la ansia de saber y conocer más sobre el universo, sobre la psicología, sobre el arte y la cultura. Tengo la sensación de que cualquier reseña de este libro se queda corta ante lo que a uno le suscita. Es imposible abarcar todo, pero así como la luz siempre intenta hacerlo, Llorente lo ha hecho. Imposible destacar una sola cosa, imposible quedarnos con una sola parte. Miremos la luz, creemos con ella, vivamos con ella.