Animalescos, de Gonçalo M. Tavares (Kriller71) Traducido por Anibal Cristobo | por Francisca Pageo
Como hablar de Animalescos sin hablar de metaliteratura, de Mcguffins, de cosas que nos llevan a otras cosas. Animalescos es un puzzle, un rompecabezas. un toque de locura y otro toque de surrealismo. Hombre, animal, máquina. Tres elementos que se confunden y dan paso a otras obsesiones. Psiquiatría, locura, religión, reino animal. Tavares vivisecciona todo ello sobre el papel en blanco, dándoles hombre, a cada una de esas cosas, y no solo eso, sino nombrando lo que no podemos nombrar, decir, comunicar
Gonçalo M. Tavares utiliza en Animalescos la literatura como un ejercicio de escritura, o, espera, ¿no es acaso eso toda literatura? Podría serlo, pero Animalescos va más allá, va tan tan tan allá que una pareciera no lograr entender lo que quiere decir. Pero eso no importa, porque lo importante aquí es que es un bestiario (quizá no encuentre mejor forma de definir lo que he leído) que no te deja indiferente. Animalescos habla sobre el pensamiento de Gilles Deleuze, pero yo no lo he leído. Me asumo ignorante y de ahí mi torpeza por no lograr entender del todo este librito. Y es que no es un libro en el que hablan los símbolos, sino que éstos parecieran esconderse detrás de las palabras que el autor entrelaza y a las que da forma.
Quizá Animalescos no sea la mejor manera de empezar a leer a Tavares (error mío), pero si es una buena forma de poner en funcionamiento nuestra gran cabeza, que, a groso modo, nos hace ser capaces de disfrutar leyendo este curioso libro. Un libro lleno de pequeños relatos que nos punzan y nos hacen reír y nos hacen llorar y nos hacen asombrarnos del gran ejercicio de escritura que el autor logra hacer. Un ejercicio propio que es capaz de llevar la literatura al terreno propio de lo que la locura es.