Gustavo Alemán es un joven fotógrafo de Murcia. Aunque le ha costado catalogarse como fotógrafo hasta hace bien poco, lleva inmerso en el mundo de la fotografía desde hace unos cuantos años. Técnico en imagen y estudiante de EFTI, fundó -junto a su hermana- Gatos de Marte, la primera y única galería de fotografía contemporánea que hubo en Murcia. Asimismo, entre las diferentes cosas en las que se encontró inmerso están el comisariado de exposiciones en Gatos de Marte, ser tutor de El invernadero -un espacio de encuentro, orientación y formación para favorecer la creatividad y el desarrollo de proyectos personales en el ámbito fotográfico- y el haber sido visionado portfolios en el festival PhotoIreland 2013.
Aquí, en este su primer fotolibro, Gustavo nos presenta Murcia, su Murcia. En él podemos ver Murcia como un (no) lugar en el que Gustavo vive y se halla inmerso. Haciendo uso de los edificios (no) construidos y semi derruidos, con claras reminiscencias de la crisis en la que España se ubica, monumentos abandonados, solares no habitables y huertas destartaladas, su (no) hogar se ve entremezclado por lo que siente respecto a él, por lo que siente respecto a su identidad de pertenecer a un sitio que ni siquiera le pertenece, pero que, sin embargo, siente suyo. Son sentimientos encontrados en lugares absurdos, símbolos de lo que una vez fue el hombre, e incluso anhelos de lo que un lugar pudo llegar a ser. Como bien nos dice Gustavo “los signos y portentos que retrato en mi camino son para mí la expresión mas profunda de esta falta de identidad”. Y es que quién no podría sentirse así viendo estas imágenes, imágenes que nos pueden llevar a la falta de humanidad pero a la vez al eco de lo que en sí misma es.
(No) soy de aquí es un fotolibro que habla de la (no) pertenencia a un lugar. Es sentirse rodeado de lugares en los que el ser humano ya no vive, pero en los que, sin embargo, es. Y es que es humanidad y no es humanidad lo que estas fotografías retratan. Y ahí está Gustavo, desencadenando una catarsis personal, liberándose, cuando lo hace.
“Ojalá que enfrentar tales despropósitos mediante la exageración y el esperpento pueda ofrecernos una pequeña vía de escape de estos ciclos sin final a la vista.”
Por Francisca Pageo