número tres | bande à part | ilustraciones: ferdinand jacquemort
En Escritos judíos, Hannah Arendt señalaba, siguiendo la lectura de Franz Kafka, que “Sólo dentro de un pueblo puede un ser humano vivir como ser humano entre humanos (si no quiere morir de “agotamiento”)”. Aunque, en la mayoría de los casos, cualquier intento se conforme con aleccionar sobre la importancia de escoger ese camino, no con cambiar el estado de cosas, se trata de una acción valiosa. Nos enseña hasta qué punto elegir la rectitud moral no es la única manera de hacer valiosa nuestra existencia, porque la manifiesta incomprensión que invade esa larga lista de porqués y, en especial, de para qué amenaza con agotarnos cada vez que intentamos abordarla por uno de sus flancos. A menudo, es en el humor o la sátira desde donde podemos advertir la falta de sentido de algunos de nuestros imperativos más fundamentales, así como de la ausencia de dudas con que los ponemos en práctica una y otra vez.
A través de su lectura de esa pieza de sabiduría vital que constituye el Mito de Job, Irene Villarejo analiza la ceguera y la resignación a las que nos aboca la opción personal por la inacción (y el orgullo resentido), conectándola con el absurdo y el humor que han marcado las obras de Woody Allen y los Hermanos Coen. Así, Tipos serios. Kafka, Allen y los Coen contra la adversidad es un ensayo sobre la fortuna de los personajes judíos que capitalizan el cine de ambos cineastas, su eventual marginación, aceptación de cómo son las cosas y de que no somos quiénes para tratar de enmendar el rumbo de las cosas, por lo que acabamos renunciando a lo mejor de nosotros, resignándonos a dejar en virtual y agotada la noble aspiración que Hannah Arendt rescataba de la lectura de Kafka.