Si Boris Vian imaginó en La espuma de los días un pianocóctel en el que las teclas y melodías activaban la preparación de un combinado alcohólico diferente, esta mecanocrítica ingeniada por Faustino Sánchez activa, en su combinación de variables, una máquina de escribir reseñas. La máquina perfecta, podríamos decir, para producir críticas cinematográficas. De todo género, época, estilo y autor. Tan perfecta que, aventuramos, sus textos darían el pego en una publicación del ramo. Y es que, en el fondo, esta máquina de escritura automática es, a su manera, una divertida crítica a una actividad cada vez más devaluada, condicionada por demasiados imperativos, alejada de lo más importante: de la emoción, del interés por compartir un gusto, una manera de ver el mundo, el cine, las cosas.
Así pues, os invitamos a este curioso ingenio, a rellenar su casilla de entrada con el título de una película y comprobar por vosotros mismos su funcionamiento. Con la pizca suficiente de (auto)ironía y las ganas por retomar una escritura que nunca se agota.
Número siete
Nuestro tiempo
Ilustración: María Simó
[…]
Si no quieres perderte nada, puedes suscribirte a nuestra lista de correo. Es semanal y en ella recordaremos todo lo publicado durante los últimos días.