número dos | pa(i)sajes: el sueño de una forma | imágenes: ferdinand jacquemort
Situada en tierra de nadie (o mejor, en tierra de todos), Turquía siempre fue como otra cosa en esto del cine. País prolífico, a veces extrañamente prolífico, en estos últimos años ha acabado por encontrar un lugar en el mapa del cine contemporáneo más interesante a través de directores como Nuri Bilge Ceylan, Zeki Demirkubuz o Semih Kaplanoglu, que bien podrían formar, junto a otros tantos, un nuevo cine turco, que más allá de las fáciles referencia iranies, tiene un universo propio, que no renuncia a nada.
Semih Kaplanoglu, entre ellos, ha logrado crear una obra extraordinaria, en la que destaca su última trilogía de Yusuf (protagonista de Huevo, Leche y Miel), una obra llena de silencios, a su vez llenos de sonidos, de imágenes, de respiración, de sentimientos, una obra que quizás sólo puede ser entendida desde un texto como el de Roberto Amaba, atravesado por esas mismas sensaciones, por la misma luz, los mismos caminos…