Correspondencia, de Thomas Mann y Hermann Hesse (Stirner) Traducción de Juan José del Solar Bardelli, ampliada y revisada por Laura Sánchez Ríos | por Francisca Pageo
No son pocas las correspondencias entre escritores. Cada generación nos aporta las brillanteces íntimas entre dos o tres autores. De manera epistolar y filial, lo fueron la relación entre Marina Tsvietáieva, Rainer Maria Rilke y Boris Pasternak, y también lo fueron la de Hermann Hesse y Thomas Mann, relación la cual tratamos en este libro publicado hace unos pocos meses por Editorial Stirner. Son cartas que, ubicadas entre 1910 a 1955, Hesse y Mann se escribían con cariño, con una profunda y latente esperanza en la amistad y en la afinidad intelectual y espiritual.
Hermann Hesse y Thomas Mann fueron, quizá, dos de los hombres que mayor legado cultural nos ha dejado Europa, y el mundo. Ambos, con una profunda ansia de conocimiento y de compartir esto último, aunque fuesen un poco opuestos (un poco políticamente y otro poco intelectualmente), tenían un profundo parentesco; un profundo hermanamiento que los llevaría a estar continuamente comunicados. En este epistolario nos encontramos con los favores que se hacían el uno al otro, con sus pensamientos, sus emociones, sus sentimientos y, cómo no y sobre todo, con sus opiniones literarias y políticas. A lo largo de 45 años, ambos se enviarían sus ensayos, sus libros e incluso alguna pieza de arte. Reseñaban los libros que leían, hablaban del ascenso nacionalsocialista en Alemania y de su caída, del exilio y de cómo la política influía en la publicación en Alemania de sus obras literarias. Quizá esto sea una de las cosas más importantes que podemos apreciar en estas cartas: el profundo amor por la humanidad y su paz, que ambos profesaban. Estamos ante cartas que son un continuo diálogo (unas veces con palabras más acercadas, otras veces con palabras más espaciadas), que nos ilustran los continuos achaques de salud que ambos pasarían, que nos hablan de sus respectivas obras —tan extensas y lúcidas, ilustres y llenas de intelecto y emoción.
Sin duda en estas 141 cartas conectamos con las claves principales que unían a ambos autores. Nos ayudan a sumergirnos no solo en la época que vivieron, sino también en el interior del propio ser humano, del propio hombre. Un hombre —o dos hombres, mejor dicho— que se ven abocados a sobrevivir y a escribir pese a todo. En la literatura de Hesse y Mann, así como en sus vidas, encontramos la energía vital que nos lleva a hermanarnos, a pensar, a sentir y a resistir los tiempos malos y los que están por venir. Leer este epistolario es leer sobre el amor profesado del ser humano a sus congéneres, es leer sobre la literatura, su por qué y para qué, es leer sobre la historia de dos hombres excepcionales en la Historia misma; y además en una bellísima edición. Cuidada y anotada, completa y delicada. Pienso que este libro será clave para entender la literatura y la historia del S. XX, no me cabe la menor duda.