Leer poesía, hablar imagen, de Román Reyes (Plaza y Valdés) | por Francisca Pageo
Román Reyes es catedrático de Ciencias Sociales y Jurídicas en la UCM, así como también Doctor en Filosofía y en Ciencias políticas y Sociología, lo que le concede una gran trayectoria como pensador. Con varios libros a sus espaldas, Leer poesía, hablar imagen, el libro del que aquí tratamos, nos confiere un aspecto más poético y evocador de su obra escrita.
A modo de diario, Román expone esbozos de realidad. La desmenuza. La analiza. Coge pequeños actos cotidianos, pequeños trozos de lo que ve, piensa y escucha. Y aquí los expande, les da una razón de ser. Reyes se pregunta y, a través de la escritura, se contesta a sí mismo. Filosofa sobre el pensamiento y halla dudas. Halla acepciones. Ideas y razones por las que seguir escribiendo sus pensamientos. Estamos ante una filosofía poética y una poética filosófica. La imagen antes que la palabra. Imagen que suscita formas, suscita deseos y actos.
Con Pier Paolo Pasolini como telón de fondo, el autor escribe y modifica lo que se presenta. Retuerce la realidad. La transforma en una presencia inhabitada e inhabitable, donde la palabra lo es todo y a la vez es vacío. Los juegos de palabras se hacen, de este modo, en la mirada de Román, en la imagen que subyace bajo (o sobre) la realidad. Aquí la mirada es lo que piensa. Una mirada reflexiva, que piensa por sí misma. «Pensar es pensar lo existente. […] Pensar es saber cómo se escribe lo que se escribe.»
El libro entero es una pregunta y una respuesta sobre el pensamiento y sobre la poesía. Sobre la realidad y la evocación. Sobre el deseo y los sentimientos. Sobre todas las cosas imaginadas y por imaginar. Román Reyes se deja seducir por la palabra, llevándola a su terreno y haciéndola suya. Retorciéndola. Creándola. Modificándola. «La realidad habla. Y se habla realidad con la realidad. La realidad se puede evocar, copiar o representar.» La filosofía del autor es una filosofía de la imagen. Es un rastro de la metáfora y de lo sacro.
Lejos del academicismo filosófico, con la que el autor no comulga, su filosofía logra traspasar el ánima y no sólo la razón. Es capaz de hacernos saltar, hacernos preguntas y modificar las que ya tenemos de por sí. Como dice Reyes, «la respuesta está en la mano que dialoga». Y así estamos nosotros, dialogando con el libro para hallarla. Pero ¿qué respuesta hallamos? Es una respuesta casi inexistente. Una respuesta de la que no podemos hablar, pero que podemos intuir. Una respuesta que reside más allá de la razón. Más allá del análisis. Más allá de la filosofía. Lo más probable es que la respuesta clara y concisa sólo la pueda hallar un individuo no amaestrado. Libre de conceptos y prejuicios. De otras respuestas y otras preguntas. Quizá la respuesta, posiblemente, sea una pregunta. O al menos es lo que se puede intuir.
El tratado que hace sobre la vida y obra de Pasolini es evocador, nada directo, sino sentimental y pasional. Habla de Pasolini hablando de él, y eso hace que las palabras cojan más ritmo. Un ritmo sostenido que hace música, hace melodía, transformando las palabras en una extensa canción. «¿Sabes qué melodía canta el agua cuando cae sobre tus sueños? Ráfagas de locura y lluvia de notas. Sobre pentagrama azul que el poeta baila.»
Sin duda, estamos ante un libro que es filosofía y es poesía. Cercano a Chantal Maillard, pero dotado de la personalidad y hallazgos que Román Reyes alberga. Un libro lleno de belleza y, como ya hemos dicho, también de preguntas y respuestas. Un libro que tiene vida propia y que logrará que el lector tenga sentimientos encontrados.
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1 thought on “ Román Reyes. La realidad que observa, por Francisca Pageo ”