A Virginia le gustaba Vita, de Pilar Bellver (Dos Bigotes) | por Francisca Pageo
En este libro, publicado por la editorial Dos Bigotes, Pilar Bellver nos narra, a modo de ficción, la historia vivida entre Virginia Woolf y Vita Sackville-West, ambas escritoras, amigas y amantes. El libro, enormemente cuidado, corresponde a la primera edición, la cual va firmada por la autora e incluye un dibujo original suyo.
Bellver narra la vida y relación de ambas haciéndola suya. Creando y uniendo el vínculo que formaban ambas mujeres. Si acaso lo que se lee en este libro no es plenamente real, la autora se apoya en documentos de las vidas de Virginia y Vita. La adaptación narrativa que lleva a cabo de los hechos es elocuente, documentada y honesta, a medio camino entre la ficción y la documentación, y en ella Virginia y Vita, así como de las protagonistas de la segunda parte del libro, hablarán de la belleza, la literatura, el feminismo, la cultura, la atracción por el mismo sexo y el arte. La segunda parte es un apéndice creado especialmente para esas personas que aún no han conocido a estas mujeres, o quieren conocer más, tanto sobre ellas como sobre el ambiente y la gente con la que se rodeaban.
En la novela, Virginia cuenta su vida como si de un diario se tratase –un diario tampoco es la realidad de quien lo escribe, pero, dado que lo pretende, es esa pretensión la que nos deja desnudas y a la intemperie– aunque estas sean cartas dirigidas a Vita. Y al revés, también. El deseo entre las dos protagonistas es vivo y pasional. Y estas cartas que se mandan la una a la otra rebosan ardor y sensualidad. Así, la confesión de Virginia a Vita es una declaración de amor constante. Ambas, que estarían separadas la mayor parte del tiempo, se desearán enormemente y la distancia física se volverá palpable. Virginia le llevaría 10 años a Vita y esto se refleja en estas cartas, pues la autora de Las olas se pregunta cosas en las que la cuestión del deseo y del deber dan respuestas en las que la tensión se puede palpar. Ambas se considerarán inseparables y además se inspirarán la una a la otra. De hecho, Orlando, libro que escribiría Virginia Woolf, está mayormente inspirado en la figura de Vita. Esta última le aportaría a Virginia toda la seguridad que le faltaba.
Sólo por decir un ejemplo. Este epistolario amoroso nos recuerda a esas cartas que se daban entre Rainer Maria Rilke y Lou-Andreas Salomé, cartas que quien haya leído evocará en la lectura de este libro. Y es que es especialmente bello ver cómo la cotidianidad de entonces era escribirse cartas todos los días, medio que ahora vemos relegado al contacto por email o por teléfono móvil. Así, nos hace pensar en ese romanticismo de entonces, de querer saber más y más de la persona amada.
Es maravilloso el enfoque en los detalles que realiza la autora, haciéndose así una lectura completa y nada densa. Conforme vas leyendo quieres saber más y más sobre Virginia y su relación con Vita, y esto se ve enormemente reflejado en la segunda parte del libro, en el diálogo entre tía y sobrina que Bellver narra. Es un diálogo muy divertido y ameno, que podría darse perfectamente en el mundo real, aunque ¿quién nos dice que no lo haya sido?
De este modo, estamos ante un libro que para los conocedores de la figura de Virginia Woolf nos hará ver otros aspectos de ella, y que, para los no conocedores les llevará a querer saber más. Woolf fue una mujer que nos legó cosas maravillosas y, con su libro, Bellver nos las ha explicado y narrado.
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