Mi maravillosa librería, de Petra Hartlieb (Periférica) Traducción de Manolo Laguillo | por Francisca Pageo
Mi maravillosa librería es una mezcla de novela y biografía -pleno testimonio, diríamos-, de una mujer muy valiente que dejó todo para trasladarse a Viena junto a su familia y fundar una pequeña librería. De este modo, el libro nos trasporta de lleno a la vida de Petra Hartlieb, periodista y amante de los libros que nos detalla paso a paso cómo llegó a construir una librería, su librería, y cómo su familia y más allegados le acompañan en esta aventura.
Un día, estando en Viena, Petra descubre que una pequeña librería va a cerrar y por impulso, casi sin pensar, decide comprarla. Así, esta mujer deja Hamburgo junto a su familia (excepto su hijo) para hacer uno de sus sueños realidad, ser propietaria de una librería de barrio, tradicional, a la que poco a poco, y con mucho entusiasmo, le irá cogiendo cariño.
El libro, testimonial, nos relata las peripecias que tiene con todos aquellos embaucados en el mundo editorial -las propias editoriales, los distribuidores, los autores y, cómo no, los lectores. De este modo, Petra nos hace ver cómo es su vida de empresaria, cómo crece el negocio, va teniendo clientes asiduos, celebra épocas de máximo apogeo en ventas (véase la Navidad), sufre altibajos y va reformando la librería para hacer de ella ya no solo un negocio bello y de calidad, sino también humano, lleno de detalles y de historias que contar. Es toda una aventura dejarse llevar por las palabras de la autora, haciéndonos cómplices de su vida, de sus relatos, de su marido Oliver y del resto de empleados y familia. Resulta innegable el cariño que se les coge porque, como bien se ha señalado, el elemento humano que tiene el libro es primordial. Casi se podría decir que Petra nos lo está contando como quien dialoga con su amigo frente a un café. Dan ganas de preguntarle, de saber cómo le está yendo, cómo se las va ingeniando, cómo son sus clientes… pero no hace falta: Petra ya nos lo dice, de una manera sensata y amena. También es muy divertido leer las peripecias que tiene con determinados autores o clientes, o las mismas peripecias de su hija, que tendrá un especial cariño por la escalera de caracol que une la librería con su apartamento.
También es importante ver cómo Petra, su visión, está claramente influenciada por el romanticismo que se tiene por los libros. De ahí esa especial crítica a grandes multinacionales, como Amazon, frente al pequeño negocio del que la autora es propietaria. Así, el libro ya no es solo un testimonio en primera persona, sino también una memoria de lo que las librerías son. El libro, de este modo, es una realidad, contada por una persona extremadamente lúcida y que no halla reparos en contarnos las cosas tal como son, pero todo con un sentido del humor muy alto, el cual no podemos negar que la autora tiene. Petra se burla, pero también ama su oficio.
Estamos ante una historia de sacrificio, de mucho trabajo, de un trozo de vida (bastante largo, pues la librería sigue abierta) vivido al máximo en el que la autora nos adentra con mucha calma y paciencia. Mi maravillosa librería es un libro que nos indica cómo y de qué manera luchamos por nuestros sueños, cómo hay que ir siempre hacia adelante y cómo no parar ni detenernos ante los obstáculos de la vida, y cómo, también, con los seres que queremos a nuestro lado, las cosas pueden ser más fáciles y podemos llegar a un sitio en común, un sitio en el que hallamos nuestro sueño compartido con el de otros.
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