El arte y el resto, de Manuel Saiz (Ediciones Asimétricas) | por Francisca Pageo
¿El arte transforma el mundo? Deberíamos preguntárnoslo antes de empezar este libro. Para Manuel Saiz, el artista que lo escribe, el arte no sólo transforma el mundo, sino que es el propio mundo el que transforma el arte. El arte y el resto es un libro sobre el arte y para el arte, un libro que conlleva una serie de no-principios en los que ahondar, preguntarnos, profundizar hasta no saber cómo decir lo que presenciamos al leerlo. Al igual que Isidoro Reguera, el introductor del libro, me adentro en estos textos sin saber nada del autor, ni de su persona ni de su trabajo, por lo que contextualizar este libro se vuelve si acaso más difícil. De hecho, no es un libro fácil. En él se recoge la experiencia del arte de Manuel Saiz y para él el arte no es más que ironía y paradoja.
El arte es ausencia, uno nunca está consigo mismo, sino con los materiales. Cuando uno crea está más allá del mundo, está directamente en otro mundo. El arte siempre innova sobre sí mismo y es autónomo en cuanto al mundo, aunque ambos no puedan vivir el uno sin el otro. Crear es estar en un laberinto mental al cual no sabemos exactamente cómo llegamos. Ni siquiera sabemos cómo ni adónde vamos a salir.
Saiz habla del objeto artístico, tanto en vista del espectador como del artista. Para este último, las obras artísticas no son más que un salvavidas. De este modo, ¿es el arte un método para salvarnos a nosotros mismos? Como artista y espectadora, podría decir que sí rotundamente. El arte nos salvaguarda del mundo, de ese mundo que nosotros no hemos creado, sino el que otros han creado.
Estos escritos son toda una crítica al arte y es desde el arte y el no-arte hacia donde van dirigidos. Hay cierto pesimismo en el libro, como si el artista encontrara en el arte algo vacío, sin vida y muerto, pero ambivalentemente es en el arte donde encuentra razones y excusas, donde halla principios y ciertas concesiones. Yo, sin embargo, veo el arte como una excusa para hablar del mundo y del ser humano, de lo que sucede dentro y sucede afuera. Disto mucho de lo que Saiz advierte en este libro, pero a la vez encuentro interesante cómo mi concepto del arte dialoga con el suyo, creando otros modos de afrontar el arte y la realidad, los conceptos y las ideas. El autor hace un especial hincapié en la política y la función que el arte tiene en ella. También es bastante notable el trato sobre el arte en la muerte, que nos incita a preguntarnos y contestarnos continuamente.
Saiz habla de la economía en el arte, de su objeto y cómo este se ve mercantilizado. Habla del valor de la pieza artística y cómo esta sólo cobra presencia al terminar la experiencia artística. Para el artista, el arte destruye y no construye, ¿pero qué destruye exactamente? ¿Lo que conocemos por realidad? ¿Lo aún no creado? De alguna manera hay cosas que no logro ubicar ni entender en algunos de estos textos. El arte y nuestra manera de verlo con respecto a los demás, en cierto modo, es críptico en sí mismo. Se tornan demasiado paradójicos los textos de Saiz, lejos de un entendimiento de la percepción artística y más cerca de allá donde el caos reside.
El arte y el resto es un libro que está hecho para preguntarnos. Continuamente. Al menos Saiz es lo que hace y él mismo se contesta escribiéndolo. El arte como pregunta y como respuesta. El resto como pregunta y como respuesta. Todo arte conlleva a eso, estemos de acuerdo o no.