Rafael Argullol: Caminar, pensar, escribir (Acantilado) | por Francisca Pageo
Como un mar embravecido es este libro. Lleno de oleaje, de profundidades, de peces abisales y ballenas oceánicas. Este libro, un libro coordinado por Oriol Alonso Cano y editado por Victoria Cirlot, Tamara Djermanovic y Estela Ocampo, nos adentra en la figura y la obra, especialmente, del catedrático de artes nacido en 1949, Rafael Argullol. En España no tenemos a nadie como él y es que desde que entró en la universidad hasta nuestros días ha escrito 35 libros. Entre ellos poemarios, novelas y ensayo, aunque su principal tema haya sido el lenguaje transversal. Un lenguaje que acapararía diversas narrativas y modos de hacer literatura.
En este libro se reúnen muchísimas lecturas y testimonios sobre su obra literaria y su, también, vida. Cabe esperar, que, si no hemos leído la obra de Argullol, este libro se nos haga algo bola pues trata los temas de sus libros principales como si el que lee esta compilación ya los supiera. Pero no tiene por qué ser así e insisto: este libro nos adentra en su poética, en su hacer, sus métodos exploratorios y sus lecturas transversales de libros que se convertirán en clásicos dentro de la literatura española, como Breviario de la aurora ––un pequeño libro a modo enciclopedístico que nos saca la parte más emotiva y poética de Argullol–– y Autorretrato desde el fondo del mar, del que casi todos los autores aquí presentes nos hablan y que yo, mísera de mí, no he leído aún. Pero ya lo haré, por supuesto que lo haré.
Si algo destaca en Argullol es su búsqueda entre las diversas narrativas ––la poesía, la novela, el ensayo, el diario de viaje–– para llevar a cabo un lenguaje que devendría en libros únicos y especiales. Su prosa es profundamente lírica, llena de poesía y de una profundidad inusual, tan profunda como el océano. Trataría temas artísticos así como líricos y también exploratorios. Ante todo, Argullol es un explorador de todo el bagaje literario que nos ha dado la humanidad. Él entraría en la literatura y las artes así como entran las personas que aquí hablan en él. Muchas de ellas tendrían relación íntima con su persona, de ahí varias anécdotas, y no serían pocos a los que su obra les aportaría un gran punto referencial para su obra propia. Sin duda sus libros son esos libros que leemos y queremos regalar. A mí me regalaron su Breviario, y desde entonces, Argullol ha estado a mi lado en esos momentos donde buscaba algo de luz, algo de abismo, algo en lo que encontrar un tesoro o un hallazgo oculto a los ojos de quien ve en la superficialidad. Argullol era un buscador del alma. Un alma tan profunda que se pierde en la vasta inmensidad del espacio. Hay algo espiritual y sagrado en su escritura, algo que transciende a los sentidos, que nos llega como pocos saben hacerlo.
Sin duda este libro se convierte en un libro clásico para entender la bibliografía de Argullol. En él están sus temas principales, sus búsquedas ––aquí a través de otros––, sus anhelos y sus adherencias a otras culturas y haceres. Es este un libro ejemplar en su arbitrariedad, que se nos hace imprescindible para entender todo el universo del profesor. Es Argullol, ante todo, un ejemplo de eso que nos gustaría alcanzar a cada humano. Con tesón y paciencia, ha sabido darnos todo un hacer del humanismo que se nos declara como defensor de la palabra, de lo extraordinario, de lo profundo y misrericordioso que lleva el ser humano consigo.