Departamento de especulaciones, de Jenny Offill (Libros del asteroide) Traducción de Eduardo Jordá | por Inés Martínez García
Las curas geográficas no existen, pero la condición humana se empeña en continuar viajando para hallar una solución al dolor causado. Era lo mejor que tenía, ¿por qué has tenido que estropearme lo mejor que tengo? El texto escrito por Jenny Offill se clava en la memoria. La autora de esta novela vive en Brooklyn y escribe sobre la geografía del dolor en el matrimonio; del dolor y los obstáculos de la vida familiar: el miedo. Departamento de especulaciones es un libro repleto de ternura, con pasajes de la cotidianeidad construida con una prosa limpia y poderosa.
Offill presenta a una mujer y el comienzo de su historia de amor con un hombre. La historia de un yo y un tú, de un ella y un él, y, de nuevo, de un tú y un yo, un nosotros. La autora avanza en la novela cambiando los puntos de vista de la narración conforme se suceden los hechos. Cuando la mujer se siente alejada del hombre al que ama se convierte en “ella”, “la esposa”. Así, desde una estudiada distancia, la protagonista analiza en retrospectiva qué ha llevado a su marido a provocar daños en su familia. Cuando decide realizar un viaje por esa geografía del dolor –a la reconstrucción–, vuelve, despacio, a la primera persona del plural. Un nosotros compuesto por la mujer, el marido, su hija y el lugar al que huyen para arreglar sus problemas conyugales.
Esta novela, escrita de forma fragmentaria, como un pensamiento, hace hincapié en los momentos más insignificantes de la vida diaria. Allí es donde la protagonista, que no tiene nombre, encuentra la felicidad o se plantea diferentes ideas negativas. Juzga usted demasiado, me dice mi psiquiatra, y lloro durante todo el camino de vuelta a casa, mientras le doy vueltas a eso. La figura del marido parece secundaria en su propio matrimonio. Le ayuda a abrazar la felicidad, a desalojar los males de su cabeza, a traer a una niña demasiado perspicaz al mundo y a aprehender a olvidar, odiar o perdonar. Pero no es hasta que tiene a su hija que la esposa reconoce lo que es la felicidad plena y la máxima preocupación. Expone, de forma directa, sentimientos encontrados tras su nacimiento. Mi amor por la niña parecía condenado, irremisiblemente no correspondido. Aunque, conforme pasan los meses, observa cómo su pequeña, tan tenaz como absorbente, le ofrece sin nada a cambio todo el amor que le ayuda a calmar esa locura que tanto teme y que compensa el no seguir adelante con su sueño de ser “un monstruo del Arte”.
En tan solo 160 páginas, la esposa circula por todos los estadios de las emociones humanas. Acompaña sus pensamientos con citas de escritores como Rilke, John Berryman o Yeats que aportan a la trama un punto de vista diferente, por el que se van ramificando nuevos pensamientos. La autora, haciendo un gran uso de la elipsis, relata en este viaje por la vida y la geografía del tiempo, el vértigo que causa tanto luchar como huir. Un experimento mental por gentileza de los estoicos: si te cansas de todo lo que tienes, imagínate que lo has perdido todo.