Fuera de la ley (La felguera) | por Óscar Brox
Imaginemos aquella España de Emilio Carrere -la de El diablo de los ojos verdes-, de Pío Baroja o de otros escritores madrileñistas. O de las pinturas de Julio Romero de Torres. La España de callejones nocturnos, de bandas y bandoleros, rufianes, sirleros -o sea, atracadores-, apaches y otros fuera de la ley. La Felguera, sociedad secreta dedicada a rescatar todas aquellas manifestaciones marginales de la Historia del crimen -lo que, bien pensado, no deja de constituir otro relato posible para elaborar la crónica de la evolución de nuestras costumbres-, consagra su último libro a retratar el submundo criminal de la España de principios del Siglo XX. A caballo entre el siglo que dejaban atrás y la modernidad que se dejaba entrever al norte de Europa.
Como sucediera con Londres Noir, el monumental trabajo dedicado a glosar las andanzas de criminales y malhechores recogidas por el Newgate Calendar, Fuera de la ley es otra crónica del ambiente, de la ciudad -con sus clubes y lugares secretos- y de sus tradiciones. De Madrid a Barcelona, de lo castizo a lo aburguesado. Del bandido a Fantomas. De los márgenes al glamour. Aquella España lumpen brilla con luz propia gracias al trabajo de recopilación de imágenes, fichas policiales incluidas, que encapsulan en las páginas del libro el aire de esa época. Los tatuajes de los apaches -ese nombre que conocimos asociado a la criminalidad francesa-, cada uno un libro abierto para aventurarse en el microcosmos de la delincuencia; el dandismo; los bigotes, indumentarias y miradas fijas sobre el objetivo de la cámara. El equipo coordinado por Servando Rocha nos transporta por los anaqueles de la época, entre diarios y páginas arrancadas de la literatura de Baroja, para mostrarnos el grado de incidencia del crimen en la sociedad. Su íntima conexión y, sobre todo, esa progresiva espectacularización que, a raíz de figuras como la de Fantomas, arrimó el mundo de la delincuencia a esa exótica visión, vagamente romántica, del crimen y sus abanderados.
Si Fuera de la ley destaca por algo es por su empeño en ofrecer una panorámica de las bandas y los personajes más significativos del crimen. Pero, también, de cómo este evolucionó con el tiempo, así como también lo hacían los medios de la justicia para intentar atrapar a los delincuentes. No en vano, uno de los argumentos del libro tiene por objetivo desmontar las teorías biologicistas del criminólogo Cesare Lombroso, tal vez el dogma a la hora de tratar con el mundo del crimen de aquella época. De ahí, quizá, el esfuerzo con el que los artífices del libro intentan dotar de matices, de capas, a una época demasiado nebulosa; casi pasto de la tradición oral y de una literatura pulp -por llamarla de alguna manera- obstinada en plasmar lo macabro y lo sórdido como gancho para el lector. Sin reparar, quizá, en el trabajo de arqueología periodística que, de paso, proyecta una suerte de antropología social en aquellas primeras décadas del siglo pasado.
A La Felguera siempre hay que agradecerle el entusiasmo a la hora de abordar las historias de los desclasados, de la carne de cañón sin apenas relieve en la Historia. A la banda negra, a las ratas de hotel, a los malencarados que poblaban los cabarets de poca monta o a los bandoleros que pululaban por los caminos de Andalucía. Porque, sin duda, lo suyo es genuino amor por unas raíces (del mal) sin las que, a buen seguro, sería difícil comprender algunos aspectos de nuestro tiempo. O de nuestro pasado. Si aquí Baroja es, como Dickens en Londres Noir, la voz literaria de aquel momento, los artículos que incluye el libro conforman el recorrido más ambicioso por ese lumpen que se haya podido leer hasta la fecha. Quédense, quedaos, quédate, pues, con la mirada torva y afilada de cada ficha policial. De cada fotografía tomada en la penumbra de un café. Con esos ojos cargados de violencia que, en algún momento del siglo pasado, escribieron la Historia. Del crimen y de una España lumpen.
[…]
Si no quieres perderte nada, puedes suscribirte a nuestra lista de correo. Es semanal y en ella recordaremos todo lo publicado durante los últimos días.