En Détour siempre hemos creído que el cine y, por extensión, la cultura, son dos herramientas fundamentales para compartir una manera de ver el mundo y entablar un diálogo sobre cada uno de sus pequeños detalles. Ese es el sentido que tiene la cinefilia y la obligación que toda revista debe contraer no solo con sus lectores sino también con su entorno. Porque somos parte de esa cinefilia que se ha reproducido a través de Internet y que ha cuajado en foros, blogs, encuentros y publicaciones. Fruto de ese compromiso, hemos emprendido un nuevo proyecto junto a los cómplices de Cineuá y Transit. Tan lejos, tan cerca es un ciclo coordinado, en colaboración con Filmin, en el que mensualmente planteamos una serie de dobles sesiones de películas en las que se establece un diálogo cinematográfico entre pasado y presente. De este modo, el espectador puede descubrir los vínculos existentes entre títulos claves de la Historia del Cine y algunos filmes contemporáneos relevantes. Todo ello, con el apoyo de textos introductorios y montajes de vídeo, a través de la mezcla de estilos, temáticas y géneros, que ponen de manifiesto cómo los cineastas de hoy, incluso los de menor visibilidad comercial, participan del presente del cine sin negar ni olvidar los orígenes del medio en el que trabajan.
Si la primera parada de esta aventura fue el extraño vínculo de sangre que Cristina Álvarez trazaba entre el oeste y los pozos de extracción de petróleo, entre Río Rojo, de Howard Hawks, y Pozos de ambición, de Paul Thomas Anderson; el segundo paso, de la mano de Sergi Fabregat, nos lleva hasta una magia a dos velocidades, las del Albert Serra de El cant dels ocells y el Carl Theodor Dreyer de Vampyr. Dos filmes que nos enseñan que las cosas pueden ser vistas con otros ojos, los de la cámara y la fascinación que despierta su andamiaje cinematográfico mientras nos dejamos llevar por sus imágenes, entre el registro más antiguo y la tecnología más moderna.