número tres | bande à part | ilustraciones: paula pérez
Los dedos de Marianne zigzaguean entre la mata de pelo de Ferdinand. La música de Vivaldi, el azul del cielo o la vasta arboleda que conduce hasta la playa acompañan a la pareja protagonista en su huida. Nuestra mirada permanece clavada en la suave cadencia con la que la escena se desarrolla; en el lenguaje secreto que florece a medida que penetramos en ese objeto único que es Pierrot le Fou. En el coche, Marianne le dice a él: “He decidido que nunca más volveré a enamorarme; es un hábito repugnante”; Pierrot le contesta a ella: “No digas eso”. Hace unos años un amigo me explicaba cómo, en uno de los momentos más delicados de su matrimonio con Anna Karina, Jean-Luc Godard buscaba en el cine, en sus películas, las respuestas emocionales que no encontraba en la realidad. Así había que interpretar cada diálogo, cada plano, cada ausencia y cada presencia como una forma de lenguaje privado que colmase todo aquello que desaparecía en su vida.
En JLG/AK. Retrato de diciembre, Paula Pérez habla de Jean-Luc y Anna (y Marianne, Camille, Nana y tantas otras mujeres que, directa e indirectamente, pudiesen evocarla), de cine y vida, del lenguaje secreto y el amor que devasta y desgasta, de la euforia de entender la vida desde el cine (como Orson y Rita, Sternberg y Dietricht) y el dolor al descubrir que toda película tiene que, en algún momento, acabar con un fundido a negro.