El individualismo halla sus raíces en el intento de negar la realidad y la importancia de la interdependencia humana. Uno de los objetivos primordiales de la tecnología en América es «liberarnos» de la necesidad de contar con otra gente, someterse a ella, o controlarla. Desgraciadamente, a medida que esto se logra, nos sentimos más aislados, aburridos, solitarios, faltos de protección, inútiles e inseguros. Un individuo, como un grupo, es una mezcla de sentimientos ambivalentes, de necesidades y valores contradictorios, de ideas antitéticas. No es, ni puede ser, una totalidad monolítica, y el intento moderno de resucitar este mito no sólo es ilusorio y ridículo, sino también profundamente destructivo, tanto para el individuo como para su sociedad.
Philip Slater. La soledad en la sociedad norteamericana.