número tres | las penúltimas cosas | revolución de las imágenes | ilustraciones: vanessa agudo
Cada vez que hablamos de la Historia, poniendo en escena las oscilaciones de los diversos sistemas de pensamiento que nos condujeron de la Modernidad a su fractura y de ese espacio en blanco a la era del vacío, nos asalta un vértigo ante la posibilidad de leer sus cambios, transformaciones, discursos e imágenes. ¿Podemos resucitar las imágenes de nuestro pasado sin tener que pagar el precio de describirlas como producto de una melancolía mal asimilada que torpedea cualquier intento por comprenderlas? ¿Cuál es el valor de las revoluciones, de la esperanza que generan y la frustración que desencadenan cuando no pueden prolongarse en el tiempo? ¿Es esta una época en la que cada nuevo inicio (érase una vez…) está condenado a un final mediocre? Las preguntas podrían continuar, demostrándonos que, en verdad, la Historia palpita detrás de cada imagen, discurso, reflexión o concepto, invitándonos a reaccionar, a volver a pensar en las imágenes y en la fuerza discursiva, dialéctica que late en su interior; imágenes que resisten al tiempo y que, como testimonio o como material de derribo, nos explican el qué de la representación de una Historia pasada que cohabita con nuestro presente.
En Pasado, presente, cine, futuro Vicente Rodrigo ha rastreado las huellas de ese pasado a través de su lectura de Imágenes de la revolución, el libro recientemente publicado escrito por Israel Paredes y José Francisco Montero. El resultado, que cuenta con el excelente trabajo visual de Vanessa Agudo, es un informe desde el ojo del huracán de esa Historia que, lejos de desaparecer, resucita en cada parpadeo de nuestro presente.