número dos | nuestro tiempo | fotografías: paula pérez
De un tiempo a esta parte, la reflexión sobre la cinefilia lleva aparejada la necesidad de escribir mirando siempre en retrospectiva. Creamos o no en la muerte del cine, o de la pasión íntima que podía suscitarnos, no conseguimos despegar ese sentimiento de nostalgia que aplasta a las posibilidades de creer en un presente de la cinefilia. Por otro lado, y como un efecto lateral de esta situación, la cinefagia devoradora, que ha hecho de Internet y la pantalla global su hábitat natural, subsiste gracias a nuestra tendencia, casi innata, a hablar, referir, actuar en alguna ocasión por boca -o evocando- de lo que ya ha sido dicho.
En Vida en sombras, Paula Pérez une el destino de ambos adjetivos de una manera peculiar: no sólo a partir del texto sino en conjunción con las imágenes que lo ilustran. Y es que, tarde o temprano, la reflexión sobre la cinefilia y su eventual canibalización acaba desviando la mirada del objeto hacia el sujeto. Porque dejamos de vivir entre sombras proyectadas sobre la pantalla para acabar especulando a propósito del lugar en el que esa vida nos deja. Y es, una vez más, la identidad que define a esa cinefilia, además de la pasión y de la intensidad que prolongan sus constantes vitales, lo que acaba siendo el objeto de análisis.