número dos | pa(i)sajes: comedia de nuestro tiempo | selección de imágenes: ferdinand jacquemort
Nadie como Totò. Nos gustaba pensar que una revista como Détour tenía (y tiene) sentido porque podemos escribir sobre Totò, ese cómico denostado en su tiempo simplemente porque era popular. Y tuvieron que llegar Roberto Rossellini, Pier Paolo Pasolini o Mario Monicelli, para colocar a este hombre en su sitio, entre los grandes, porque en este mundo parece que se necesitan otros motivos, más allá de los obvios, más allá de que Totò fuera desde siempre, en todos sus instantes, un objeto único, en su unión, como bien títula Jesús Cortés, de príncipe (era príncipe descendiente de los emperadores de Bizancio) y juglar (esa marioneta de cuerpo desencajado, personaje surreal). En breve, uno de los cómicos más grandes que dio nunca el cine o el teatro, producto de cientos de años de miseria, de hambre.
Jesús Cortés, como decíamos, le hace justicia, y vuelve sobre su figura y sus películas con Pasolini, en un texto breve pero intenso, porque sólo desde la intensidad (y la emoción) se puede hablar de este hombre y ser justos…