Entre los surrealistas franceses de la década de los 20 surgió uno de esos juegos por medio del cual se ensamblan colectivamente un conjunto de palabras o imágenes. Bautizado como cadáver exquisito, el juego en cuestión ponía en liza la intuición y espontaneidad de la creación y la escritura automática. Muchos años después de aquel primer juego surrealista, el animador japonés Kihachiro Kawamoto recurrió a sus preceptos para poner en marcha uno de los ómnibus más ambiciosos de la historia de la animación, Fuyu no Hi. Maestro de la técnica del stop motion, Kawamoto se planteó llevar a cabo la adaptación de un famoso renga (o poema encadenado) de Bashō escrito en el Siglo XVII. Para ello contaría con un grupo integrado por algunos de los más grandes animadores de la escena internacional. El resultado sería uno de los compendios más extraordinarios de la tradición animada vista a través de sus escuelas, técnicas, estéticas y prácticas.
Tras la pista de Fuyu no Hi: le cadavre exquis encontramos a David Flórez, que nos propone un viaje a partir de cada una de las miniaturas animadas que comprende este filme colectivo. Un recorrido por la historia de la animación, por las adversidades y hallazgos estéticos de sus creadores, por la labor titánica de coordinación de una obra dedicada a glosar la efervescencia de un arte vivo. Una obra que eleva la animación tradicional (en sus múltiples adscripciones temáticas), la pintura, las marionetas o las nuevas técnicas digitales a un rango mayor. Fuyu no Hi es el relato de uno de esos momentos clave en la historia de la animación, cuando un proyecto fue capaz de ensamblar armoniosamente la panoplia de recursos que definen y dan sentido a esta disciplina.
Número cuatro
Pa(i)sajes: Lo efímero
Ilustraciones: Ferdinand Jacquemort