Y así nos entendimos (Correspondencia 1949-1990), de María Zambrano y Ramón Gaya (Pre-Textos) | por Francisca Pageo

María Zambrano y Ramón Gaya | Y así nos entendimos (Correspondencia 1949-1990)

Quienes seguíamos los pasos editoriales de María Zambrano y Ramón Gaya, nos hemos encontrado con la publicación, en el sello Pre-Textos, de la correspondencia inédita que mantuvieron ambos a lo largo de 41 años. Y es que la correspondencia entre Zambrano y Gaya no es ni puede ser una correspondencia cualquiera. ¿Cómo lo va a ser si son dos autores que, cada uno en su campo, han sabido traer la belleza de la vida, el pensamiento y la poesía a la nuestra? Aquí se encontrarán ambos autores en el exilio, lejos el uno del otro, y ambos se mandarán las suficientes palabras para que no se sientan solos, ni perdidos, ni extraños en un país que no les ha visto nacer.

Y así nos entendimos es un archivo de archivos. Es un libro-documento. En él se recogen, además de las cartas entre los autores, numerosas fotografías, otras cartas de seres queridos y allegados y las diferentes reproducciones de las postales artísticas que se mandaban el uno al otro. Hay que tener en cuenta también las anotaciones que Ramón Gaya dio durante toda su vida sobre la pintura, que aquí figuran para seamos conscientes de ellas, para que la belleza del pensamiento crítico llegue a nosotros, para que el arte no se quede en la imagen, sino que también traspase nuestra mirada. Se torna brillante cómo Gaya aprecia no sólo a María Zambrano, sino también a la hermana de esta, Araceli, o a sus íntimos amigos. La vida del pintor será fructífera allá donde vaya; y la de Zambrano… la de Zambrano aun en el exilio se tornará totalmente intelectual y con un alto grado de “embelesamiento” que le hará ver las cosas totalmente críticas y sinceras.

Quienes buscamos en las palabras de Zambrano un alumbramiento y un cobijo, aquí nos veremos algo desprovistos de ello. Y es que Zambrano se verá casi obligada a ir de un lado a otro. Hay algo de nomadismo en estas cartas, de un no asentamiento, pero que con las palabras logra hacerlo. Y es que aquí cada palabra es un paso en firme hacia lo que Zambrano y también Ramón Gaya buscan. Cada palabra los asienta en el mundo. Y cada imagen de Ramón, también. Una lee a uno y lee a otro y lee a los demás que también se hallan aquí y hallamos una búsqueda de la libertad, de la simpleza pero también del valor intrínseco que nos da el amor que en estas cartas vemos. El amor entre ambos es único y especial, es el amor de la amistad, de la fiabilidad, del anhelo por un tiempo pasado y un tiempo futuro, a la vez.

Reconozcámonos en las palabras de Gaya y Zambrano, busquemos en lo poderosamente íntimo, lo que asiste a ambos, lo cotidiano de sus vidas. Algo encontraremos que no sabremos cómo explicar. Leamos estas cartas para afianzarnos nosotros también. Quizá encontremos esbozos de lo que cada uno de los dos autores han sabido ver en ellos, para así también poder vernos a nosotros, de un modo u otro. Las cartas implican una confianza íntima, un sigilo entre dos personas que se aprecian, que se quieren. ¿No es maravilloso asistir a algo así?


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