Retrato underground, de Lucy Sante (Libros del KO) Traducción de María Alonso Seisdedos | por Juan Jiménez García

Lucy Santé | Retrato underground

En esta reunión de textos que es Retrato underground, hay uno en el que encuentro (extrañamente, dada la variedad de contenidos) resumido todo el libro: Comercio. Un delicioso texto sobre el consumo, más que precario, en una Nueva York marginal que tal vez no fuera marginal sino precisamente parte central de la ciudad. La mala vida frente a la buena vida. La buena vida ni se intuye. Es algo que queda lejos. La mala está por todos lados, en sitios imposibles, llenos de personajes improbables, en apartamentos mortecinos que esperan un accidente de coche para venirse abajo. O un soplo de aire. Lo bajo frente a lo alto. El underground más allá de un movimiento artístico (como traza la primera parte del libro, centrada en la música), entendido como una forma de vida, si es que vivir es eso: podríamos hablar de sexo, podríamos hablar de drogas, podríamos hablar de música, y todo eso está de una manera u otra pero es simplemente la espuma de los días. Lucy Sante (antes Luc), se instala en los años ochenta y noventa desde este siglo XXI. Es decir, las incertezas del pasado frente a las certezas del presente. Por el libro desfilan músicos, escritores, artistas varios, muertos de hambre, fotógrafos, personajes variopintos, él/ella mismo. En definitiva la ciudad. Downtown, Uptown.

Tras sus encuentros literarios con los bajos fondos neoyorkinos o parisinos, Sante se encuentra con sus propios bajos fondos. Una vida de miserias compartidas y escritura feroz, Todas las canciones hablan de nosotros. Los objetos, los locales, más que subterráneos, de otro mundo, los discos abandonados y encontrados, puestos cientos de veces hasta ser casi nada. Los hombres sin destino, viviendo en un presente eterno, sin principio ni final pero no pocas veces de una riqueza extraordinaria. Porque sobrevivir no es cualquier cosa y todos esperan su momento. La baja cultura se convierte en objeto de estudio. Fotonovelas, carteles publicitarios pegados en las paredes y arrancados, fotografías heredadas y vendidas, para ser encontradas por otros, sin ningún sentido ya más que lo que representan.

En esta reunión de artículos, publicados anteriormente en los más diversos medios, desde la New York Review of Books a su propio blog, en las extensiones más diversas, el underground es aquello que queda al margen, no por debajo. Un espacio más allá de unos límites que, a fin de cuentas, son meras formalidades. Unos límites a menudo desbordados, a menudo cruzados imperceptiblemente. Para Lucy Sante, todo está ahí, alrededor, como Vivien Maier realizando cientos de miles de fotografías sin ningún objetivo preciso pero con una voluntad, o ese estar en el lugar preciso de Weegee, antes que nadie. Es imposible abarcarlo todo, porque Retrato underground es un libro inagotable, en el sentido de que abre una y otra vez nuevas perspectivas, nuevos caminos a seguir e incluso maneras de encontrarnos con nuestra propia memoria y nuestras propias ciudades, tal vez una sola, pero infinita.


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