Cuentos y prosas breves, de Katherine Mansfield (Páginas de Espuma) Traducido por Patricia Díaz Pereda | por Francisca Pageo

Katherine Mansfield | Cuentos y prosas breves

Maestra de la prosa, Katherine Mansfield dejó en su vida cantidad y cantidad de textos y textitos que poco a poco vamos viendo traducidos al español. Con estos Cuentos y prosas breves, estamos ante los relatos, algunos inéditos, que Mansfield escribiría y nos dejaría como legado.

Son estos cuentos y relatos toda una conmemoración a la palabra escrita, e incluso a la palabra recitada. Ha sido toda una sorpresa verme repitiendo al leer estos relatos en voz alta por el enorme lirismo y ritmo que tienen. Pese a no ser poesía, hay aquí un hálito de ella, algo que se puede vislumbrar si sabemos verlo bien. Me han gustado muchísimos cuentos, especialmente El patio, en el que recorre la vida de 3 estudiantes rusos. También me han gustado sus descripciones, sus naturalezas vivientes a lo largo de todo el libro. Cabe destacar cómo Mansfield ahondaba en las descripciones del mundo natural, como entretejía esas descripciones y las engalonaba con lo cotidiano (ese ramito de violetas metido en la chaqueta…) Me encanta cómo describe, cómo nos presenta a sus personajes (sean fantásticos ––¡hay haditas y duendes!–– o sean personas), como los describe, como nos presenta las situaciones dadas, los hechos, los pensamientos e incluso las ideas que están detrás de cada relato. Se puede ver un pensamiento o una emoción detrás de ellos, como si cada cuento y relato fuera precedido por algo que Mansfield pensó o sintió. Ello se puede ver en estas palabras, estos textos mínimos y no tan mínimos (hay cuentos con varias páginas y las hay solo de una).

Sin duda Katherine Mansfield nos transmite un sentimiento con el que podemos hacer muchas cosas (escribir, pintar, dibujar, coser…) porque es inspiradora. Inspiradora en el sentido que Mansfield sabía ir allá donde la palabra nace, donde es dicha por primera vez, donde es enterezada por el propio lenguaje. Sus cuentos nos hablan del amor, nos hablan de la vida, de lo cotidiano, de la naturaleza y del mundo banal que no termina siendo tan banal. ¿Por qué? Porque nos hace pensar de tal manera que podemos elucubrar toda una serie de pensamientos alrededor de cada texto. No quiero extenderme mucho, porque así sería si hablara de cada relato, cada cuento, cada texto en prosa. Su prosa es elocuente y directa, aunque a veces se retuerza como lo haría una serpiente de cascabel. He llamado Primavera en otoño a esta reseña porque hay naturaleza de todo tipo en estas prosas. Tenemos infinidad de flores, pero también de crepúsculos, de paisajes, de hojas que caen y caen (algún que otro relato dedicado al otoño hay). Me entusiasma leer a Katherine Mansfield porque está llena de sensaciones por la vida y por el amor y por la amistad e incluso me atrevería a decir que tenía una alta dosis de humor negro. Sí, un humor que nos hace tocarnos la nariz, que nos hace pensar y decir en alto: la virgen. Lean a Mansfield si quieren sentir cosas, si quieren ver que vida y cotidianidad y la sociedad de aquella época podían ser una sola cosa y podían ser realmente inspiradoras. Inspiradoras en el sentido de que cuando leemos estas prosas queremos hacer cosas, no solo leerla, sino hacer otras cosas que vengan embriagadas por el sentimiento que Mansfield nos despierta. No miento si digo que he querido fotografiar mientras la leía y que no lo he hecho porque quería seguir leyéndola y ahora, digamos, que estoy algo arrepentida, pero es un arrepentimiento terco, tenía que leer a Mansfield y eso he hecho. Lean a Mansfield, lean estas prosas que no son sencillas sino llenas de profundidad allá donde miremos. Algunos textos son tan hondos que podemos caer en ellos como si fueran pozos y muy dificilmente podríamos salir de ellos.


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