La búsqueda del absoluto, de Honoré de Balzac (Nórdica) | por Francisca Pageo
Novela incluída entre los estudios filosóficos de Honoré de Balzac, La búsqueda del absoluto narra las peripecias de Balthazar de Claës y el resto de su familia. Si bien pensaba en este libro como un libro sobre el mundo de la alquimia, de lo mágico y lo mistérico, Balzac no se adentra de lleno en ello y trata también, como bien sabe hacer en el resto de su obra, los aspectos sociales de la época.
El protagonista, Balthazar, es un hombre que se busca a sí mismo y que trata de trascender su ser y todo lo que le acontece. Cuenta cómo son las cosas y las personas y aspira a lo máximo que un científico y creador podría hacer. «Es el sueño del creador en el sentido literal de la palabra, el que hace, o por los menos rehace, el mundo como poeta, como artista, como filósofo o como sabio.» Dirá Carlos Pujol. Pero el dinero lo impregna todo en la vida de Balthazar. El dinero y la soberbia y la necesidad de quererlo más que necesitarlo porque de qué otra manera un buscador y hacedor de oro estará. Pese a ser un libro que pretende ir más allá de todo lo material, aquí lo material será lo más importante y Balthazar se verá apresado por el poder alquímico de la materia.
Como ya dije, suele ser habitual en la escritura de Balzac ver un reflejo y retrato de la sociedad de la época. Llena de costumbres y maneras burguesas, de búsquedas por la comodidad. Sin embargo, la familia Claës tendrá que prescindir de ello. Para el señor de la familia la ciencia estará por encima de todas las cosas y ello incluirá dejar de lado a su mujer e hija. Pero esta familia se cae y se levanta. Aprende de las situaciones, se las arregla como va pudiendo y no desiste en su menester para poder ser felices y acomodados en la medida de lo posible.
De este modo, La búsqueda del absoluto, lejos de ser una búsqueda de la alquimia, se convierte en la búsqueda de un nexo comunal entre la familia Claës. Un nexo que nunca conseguirá hallarse entre todos ellos, pues cada miembro hará la vida a su ritmo, a su manera y con destino a un lugar diferente del que pueda querer el otro y los otros. Al final será el azar el fruto del desenlace y de la vida de Balthazar y nunca volverá a ser el mismo. Ni con su familia ni con su profesión. Hallará el absoluto de una manera nada sincrónica y sin quererlo. Un absoluto que no se puede decir, pero que lleva el camino del solitario, del que apenas se comunica, del que persigue una obsesión y no cesa hasta hallarla. El absoluto será hallado solo y por sí solo.
Estamos ante un libro que gustará a todos los que nos gusta Balzac, pero considero que su título se queda corto al repasar toda la narrativa que contiene este librito de 234 páginas. Nos hace preguntarnos mucho sobre la hija de Balthazar, sobre la desesperación de su mujer, sobre la vida que llevan y quieren llevar más que sobre la alquimia. Uno en este libro va buscando una cosa pero se encuentra otras. Me pregunto qué es lo que llevaría a Balzac a incluirlo dentro de sus estudios filosóficos, porque una no ha logrado verlo, no ha logrado hallarlo. Quizás otros lo encuentren.