Goethe, de Georg Simmel (Renacimiento) Traducido por José Rovira Armengol | por Francisca Pageo

Georg Simmel | Goethe

Conocemos a Georg Simmel como uno de los filósofos más emblemáticos y particulares del S.XIX. Deudor del neokantismo relativista, se atrevió a esbozar un largo ensayo filosófico sobre la vida y obra de Johann Wolfgang von Goethe. De este modo, Renacimiento lo edita para que podamos leerlo en español, y su lectura, sin duda, no nos deja indiferentes. ¿Cómo podría ser si no esta mezcla de tan grandes autores?

Este ensayo es toda una disertación de y sobre Goethe, pues no sólo Simmel nos expone lo que Goethe se preguntaba y se decía para sí mismo y para los demás, sino también de dónde venía todo ello y para qué. Aquí encontramos toda una filosofía del ser, de la realidad y de las ideas, así como de la belleza, de la naturaleza y el arte; lo que confiere a este libro un estudio muy completo de la vida y obra de Goethe. Se hacen indispensables, y así lo hace Simmel, las continuas referencias a sus obras y sus escritos (los de Goethe), pues ellos ejemplifican todo lo que Simmel anota y apunta, escribe y describe. Nos hallamos ante lo que Goethe definiría como belleza y como arte, todo en un largo ensayo que nos lleva a la psicología misma del ser humano y que no huye de mecanismos simples ni abstractos; aquí todos ellos tienen cabida. Y de qué manera.

No estamos ante un libro que cualquier persona puede leer, pues pareciera que se debieran tener conocimientos filosóficos o al menos una comprensión del mundo de las ideas en sus diferentes aspectos, lo que hace difícil y compleja su lectura. De todas maneras, los conceptos clave llegan a nosotros como destellos que nos hacen pensar e incluso ver, de formas más simbólicas y metafóricas, lo que fue la vida y obra de Goethe; pero especialmente su obra. Tan intensa como interesante; tan bella como impresionante. Estamos ante toda la razón, el alma y el espíritu de Goethe, pues en este libro hallamos todo lo que debemos saber sobre su obra y pensamiento.

Simmel nos muestra el deber moral, artístico y vital que poseía Goethe. Como dice el primero, Goethe introducía en su interior todos los contenidos de la existencia, para ir haciendo cada vez más elevada la formación de su yo. Un yo que se tornaría grande y virtuoso, pero también cada vez más y más modesto. Para él, objeto y sujeto son uno, una unidad. Lo que nos lleva a pensar incluso en el neoplatonismo más que en el romanticismo en el que se suele calificar a Goethe. Pero la cosa más grande de Goethe residía sobre todo en la transmisión de ese yo, de ese mundo que poseía; tan grande y fructífero que nos ha llegado a hacer pasar algunos de los más grandes momentos literarios de nuestra vida. El autor tenía la más intensa sensación, la más decidida representación del fluir de toda vida, de todo suceder. La búsqueda de lo infinito y lo absoluto se hallan en su obra y en su propia vida; y si Georg Simmel es capaz de darnos ejemplos infinitos, nosotros lo corroboramos en estas palabras de pura vida y puro amor por la cultura, por la naturaleza y por lo humano.


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