Ira Klaas, de Borja Duñó (Morsa) Ilustraciones de Carmen Segovia | por Francisca Pageo
Érase una vez una adolescente, Ira Klaas, que se va a Japón en compañía de su padre. El motivo: esparcir las cenizas de su difunto abuelo en el volcán que se encuentra en la pequeña isla de Rishiri-to. Ese podría ser el argumento, sin más, de esta historia de Borja Duñó. Pero, como las cosas nunca son tan fáciles, tampoco tiene por qué serlo en este caso.
Ira es una niña que ya no es tan niña, a quien le gusta escuchar música independiente, leer y escribir poemas. Es una chica curiosa, lista y con ganas de descubrir cosas. Un día, su padre le comunica que su abuelo ha muerto, y a partir de ahí su vida cambia. El deseo de aquel era que sus cenizas fuesen esparcidas en un volcán de Japón. Y ambos, padre e hija, marchan hasta allá para cumplirlo. Una vez llegados, se encuentran con Vera, quien fuese mujer de su abuelo, y su hija Georgia, occidentales ambas y residentes en Japón. Y los cuatro, sin más vínculo que la relación con el fallecido, se adentran en toda una aventura para poder cumplir la última voluntad del hombre.
A medida que avanza el relato, Ira descubre cosas de su abuelo que, a excepción de Vera y Georgia, nadie conocía. A la manera de una road movie o de una novela de aprendizaje, nuestra protagonista aprovechará la aventura para encontrarse a sí misma y destapar algunos secretos relativos a las vidas de su abuelo y de su familia. Ira se hará íntima amiga de Georgia, una chica de mundo, que ha viajado mucho y que, a diferencia de ella, con todo por descubrir, sabe muchas cosas. Así, su pequeño universo notará cómo se amplían sus límites y, paulatinamente, Ira empezará a ver las cosas más claras, lúcidas y excitantes.
Borja Duñó nos presenta una novela aventurera y fluida; un libro que no está cortado por el patrón de la literatura para adolescentes, pues, por mucho que tengamos unos cuantos años más, podemos aprender bastante de él. Ira Klaas combina la poesía de su adolescente protagonista con las ilustraciones de Carmen Segovia, que acompañan a esta bonita edición de Morsa, cuyos trazos aportan dinamismo, descripción, frescura y personalidad, haciéndonos ver el mundo de Ira en todo en su esplendor.
Invitación a una vida más salvaje, más libre y poética, Ira Klaas es un libro sobre la necesidad de crecer, de aventurarse en lo desconocido, en otros mundos y en otras vidas que no por ser lejanas tienen por qué sernos ajenas. Así, Japón se convierte en una especie de paraíso perdido para su protagonista, y el último deseo de su abuelo se nos presenta como una oportunidad de renacimiento; de paso a su estado adulto.
Lejos de ser un libro para adolescentes, Ira Klaas es una obra divertida y amena, perfecta para todos aquellos que buscan lo exótico y creen que las cosas siempre cambian de un estado a otro. Como la protagonista de la novela, que cambia conforme leemos sus páginas. Y como nosotros, que, en cierto modo, también cambiamos con ella.