En caso de amor. Psicopatología de la vida amorosa, de Anne Dufourmantelle (Lumen) Traducción de Fernanda Restivo | por Francisca Pageo
Creemos en el amor como una forma de posesión, de tener una suerte de interés en un objeto o persona, pero el amor requiere de muchas caras y muchos reversos, múltiples formas y múltiples espacios. Anne Dufourmantelle, en base a su trabajo como psicoanalista y filósofa, nos propone un conjunto de textos que contextualizan el amor. Así y de este modo, en diversos casos clínicos, lo analiza y lo expande, lo retroalimenta con su amor propio y lo encauza hacia un bien mayor: el de su conocimiento, el de exponer una especie de sabiduría del amor que todos deberíamos saber y contextualizar.
El amor requiere de un otro. Ya sea el amante, el padre, la madre, el hijo, la hija o cualquier otra persona por la que sintamos un interés afín al nuestro. Este interés es demostrable a través de nuestras emociones, nuestros pensamientos, ideas y sentimientos. Sentir amor… ¿Lo empezaríamos a sentir cuando estábamos en la barriga de nuestra madre? ¿En la pasión desmedida de nuestros padres al crearnos? Pero así caemos en una especie de qué fue antes: si el huevo o la gallina. Digamos que el amor parte de dos eventos que son intransigentes con la vida: el nacimiento y la muerte. Ambos eventos son aquí tratados para hacernos entender ciertos aspectos de la vida que de otro modo no podemos tener. El niño, ante el asombro desmedido, sufre y siente pasión por vivir al mismo tiempo, lo que esto conlleva a una suerte de neurosis o de pulsión desmedida hacia algo cuando se hace adulto. El niño crece con ello y a través de ello utiliza el amor para subsistir y sobrevivir.
Dufourmantelle nos propone toda una clase de eventos (así los llama ella), pues estos son irresolubles, que nos determinan como seres sintientes. La autora nos explica la alegría y cómo ésta nos completa, nos explica la celosía y cómo ésta nos interpela y nos hace sentirnos abandonados, nos explica que todo acto de amor es un acto de demostración al propio niño que fuimos, el niño que dejamos de ser y que quiere revivirlo todo a través del amor y la repetición. Entre el psicoanálisis y la filosofía, este libro detalla hechos, detalla acciones, perfomances de la vida que discurren por el sin vivir del hecho neurótico, la repetición, como también diría Kierkegaard y de quien Dufourmantelle nos habla en este libro. La neurosis es la causa principal de las consultas psicoanalíticas y es a través de este como también podemos abordar el amor y todo lo que conlleva, como hace aquí la autora. Es innegable su eruditismo. Nos esboza con precisión cómo el amor se nutre, cómo el amor deshace y es abandonado. También habla del cómo nos sentimos abandonados, hecho que todos pasamos de algún modo en nuestra infancia, cuando somos separados de nuestra madre al nacer. Necesitamos de una suerte de soledad, de hacernos nuestra propia coraza, y sin embargo necesitamos a la vez de ese otro, de ese amor que hemos sentido en el vientre de nuestra madre. Todo se retroalimenta en el amor y todo se expande gracias a él. El amor es sinuoso y tormentoso, va acompañado de síntomas y patologías; algunos severos, otros inestables y otros quizá casi imperceptibles.
El amor conmueve y nos conmueve. Nos trastoca. Puede hacernos llorar y llevarnos a la angustia, impulsar efectos nocivos para nuestra salud mental (¿no son acaso los celos otra forma de obsesión?). Pero querer amar es querer vivir, es ir más allá del evento del nacimiento y la muerte, es un evento transcendental, que va allá de donde nuestra alma lo permite. El amor parte del alma y va hacia otra alma, es un hecho y un estado entre las psiques, las profundidades de nuestro ser. Repetir patrones que nos desvirtúan, que nos estigmatizan, deberían ser conducidos por un acto amoroso, como lo hace el psicoanalista con su paciente, para que este, a través de la palabra, logre sanar. Y a esto nos lleva este libro, a sanar esa parte amorosa en nosotros que se siente desolada, abandonada, pues con las palabras Dufourmantelle nos ha conducido a su conocimiento, a una especie de sabiduría que sólo quien tiene esta práctica sabe a dónde nos puede llevar. Pero leer este libro no es solo para psicoanalistas o pacientes, tenemos que recordar que es un libro sobre el amor, y toda persona puede sentirlo en algún momento determinado de su vida. Por lo que este libro es para todos y para nadie en particular, es, en definitiva, para aquellos que aunque ahora no amen, han amado ya o quieren amar.