El inminente estreno de Casa de tolerancia marca, tras dieciséis años de carrera, el debut del cineasta francés Bertrand Bonello en las pantallas españolas. Tuvimos ocasión de mantener una entrevista con él en la que, además de profundizar en algunos de los temas de su película, tratamos la relación de su cine con cuestiones como el horror o la pornografía. En definitiva, una carta de presentación para acercar las inquietudes de Bertrand Bonello al público español.
El tiempo en L’Apollonide
No fue algo creado a partir del montaje, sino que lo trabajamos desde el mismo guion. Pienso que esa tensión narrativa tan precisa a propósito del tiempo está relacionada con el hecho de que la película no tenga lugar sobre un espacio concreto, dado que se desarrolla en pequeñas estancias. Puesto que no se podía jugar con el espacio, quisimos jugar con el tiempo; mostrar cómo, poco a poco, se perdía la noción del tiempo en la película y de qué manera afectaba eso al espacio. Al estar encerradas, las protagonistas no tienen una relación con la realidad, por lo que el espacio, a través de esa pérdida de la noción del tiempo, deviene así un poco más atemporal y soñado.
Las referencias
Hay, sobre todo, una investigación histórica. Durante la preparación del filme llevamos a cabo un largo trabajo periodístico. Entre las referencias nos interesamos por todas aquellas cosas que representaban a la mujer o a grupos de mujeres, como, por ejemplo, algunos cuadros del XIX y fotografías en blanco y negro. Luego, también, tomamos referencias del cabaré alemán -no tanto del francés- del XIX. Pero, fundamentalmente, se trató de una búsqueda periodística.
La escena campestre
En realidad, se trataba de una rutina bastante común. Una vez al mes las llevaban de paseo al campo, ya que era bueno para sus pulmones, entre otras cosas. Me aseguré de que esa escena tuviese lugar en mitad del filme para, una vez regresasen al burdel, reforzar la idea de que vivían encerradas. Por eso quise que la escena mostrase a unas chicas jóvenes comportándose con naturalidad antes de volver a convertirse en prostitutas.
La mujer que ríe / las lágrimas de semen
Quizá viene a señalar que en la belleza del monstruo está la belleza de la diferencia. Ese es su atractivo.
Para mí, se trata de una escena -cuando comienza a llorar- tan onírica como real. Para una prostituta llorar esperma quiere decir que está llena de él y llora. Durante ese instante, todas sus vicisitudes y traumas acaban recomponiéndose para permitirle al fin llorar y, así, poder cerrar una parte de la película.
La última escena
Me interesaba mostrar que, sí, el mundo puede cambiar pero el destino de esta mujer continuará siendo el mismo. De este modo, pasa del siglo XIX al XX pero el cine nos permite que lo haga conservando el mismo cuerpo y el mismo rostro. Realmente es una manera cinematográfica de hablar del destino de esa mujer y, a partir de ella, hablar también de otras mujeres.
La elección de directores para interpretar a los dueños de la casa de tolerancia
En un principio sucedió por azar. Contacté con gente conocida porque realmente no había personajes, sino que se trataba más de presencias. Poco a poco, a medida que dirigía, me di cuenta de que me gustaban mucho, quizá porque contaban algo sobre aquel que observa y aquel que es observado -la prostituta, la actriz; contaban algo sobre la mirada. El papel de Noémie Lvovsky, la madame de la casa, ocupa el lugar de directora. Además, hay algo sobre la representación y el backstage que también quería mostrar.
Las películas sobre prostitutas y su relación con L’Apollonide
Creo que tengo más referentes sobre este tema en el cine asiático que en el europeo. Si tuviese que señalar algún ejemplo concreto, diría La calle de la vergüenza, de Mizoguchi, y Las flores de Shanghái, de Hou Hsiao-hsien. Sin embargo, no son una influencia directa, porque me interesaba más la visión del prostíbulo que la de la prostitución, es decir, la institución y cómo funciona el interior de esa institución.
El horror
El horror y el cine de horror han sido parte de mi vida, así como también de mi vida como cinéfilo. La representación del horror en términos visuales no es un aspecto con el que busquemos contrariar, sino que son imágenes que percibimos igual que podemos contemplar cuadros renacentistas que pueden ser verdaderamente horribles. Como sucede con la tragedia griega, decir y mostrar estos aspectos puede resultar positivo y permite también ser emotivo, lo que es muy apropiado para el entretenimiento.
La pornografía
No creo tener ninguna relación con la pornografía. En su momento, hice una película que hablaba de la vida de un pornógrafo, pero que no tenía escenas así. Lo que buscaba era hablar de una marginalidad, de la especificidad de este tipo de cine en relación a una persona. La pornografía ha existido en el cine desde el principio de los tiempos, juega su papel, pero no hago una reflexión sobre ella.
La recepción del público
No sé si debería ser yo quien respondiese a eso. Quizá la gente está interesada en este momento por este tipo de cine. Tal vez sea más accesible que mis otras películas, ya que hay algo como más francés pero a la vez más internacional.
Próximo proyecto
Actualmente estoy trabajando en un biopic sobre Yves Saint-Laurent.
Traducción: Vanessa Agudo, Óscar Brox, Ferdinand Jacquemort, Paula Pérez
Agradecimientos: Eva Herrero (MadAvenue), Intermedio
1 thought on “ Entrevista con Bertrand Bonello, por Vanessa Agudo ”