Esta semana ha aparecido el primer número de la revista Kokoro, el proyecto literario que encabeza nuestra compañera Laia López Manrique. Kokoro se define como una iniciativa que acoge las lenguas huérfanas, abre el espacio para lo híbrido, lo mezclado, lo impuro, lo no catalogable por las taxonomías profilácticas trazadas por la lengua de poder. Así, es el lenguaje, la expresión, y no solo el cine, la poesía o la literatura, el punto de encuentro que define la identidad de esta revista. Una revista sobre la escritura, sobre escribir y continuar escribiendo, sobre el uso, y el hábito y el trabajo, de la escritura. Para su debut, Kokoro plantea un monográfico dedicado a la lentitud, dentro del cual tienen su protagonismo figuras cinematográficas como Chantal Akerman o Béla Tarr, las formas literarias del diario personal, el tiempo, la escritura, su autoimposición (escribirlo todo) y la creación, entre otros temas.
Entrar en Kokoro y desovillar su cuidada selección de textos supone penetrar en una revista escrita para ser leída con calma, ponderar cada una de sus reflexiones y apreciar el valor que, por infrecuente, tiene una publicación dedicada a la escritura, al pensamiento, a las pequeñas y grandes cosas, y a las palabras que utilizamos para describir nuestras cosas. Kokoro es, como señala su manifiesto-presentación, “una forma de despertar y decir: no nos rendimos, somos pequeños”, y os recomendamos que les dediquéis una parte de vuestras lecturas.