número tres | bande à part | ilustraciones: vanessa agudo
Decía Éric Rohmer que “el cine, por instinto, rechaza todo rodeo peligroso y nos revela una belleza que habíamos dejado de considerar eterna e inmediatamente asequible. En medio de la felicidad y la paz, instala lo que consideramos fruto de la revuelta y del desgarro”. Acercarse a sus películas supone una invitación a penetrar en un paisaje delicado y sutil, del que, a partir de la observación de los gestos y los comportamientos humanos, emanan los actos morales de sus personajes. Unos actos que ponen el acento sobre el conflicto, la indecisión (aquella duda que atenazaba al protagonista de L’amour l’après-midi), la belleza y la ética de unos personajes que no dejan de relacionarse entre ellos, de discutir de un modo tan socrático como didáctico y sencillo, sobre los entresijos de la naturaleza humana.
En Éric Rohmer. Naturaleza, erotismo, política, Álvaro Bretal nos propone una intensa panorámica sobre la obra del cineasta francés, ese director que, como apunta en los primeros pasos del texto, hizo de su apellido un adjetivo. Así, cultura, estética, amor, belleza, política o ética barnizan la forma de ser de unos personajes modelos para un artista preocupado por nuestra manera de relacionarnos entre nosotros y con el mundo.