Memorias. Mi vida con Marina, de Anastasía Tsvietáieva (Hermida Editores) Traducción de Olga Korobenko, Marta Sánchez-Nieves | por Francisca Pageo
Si bien a quien realmente conocemos es a Marina Tsvietáieva, su hermana Anastasía también fue escritora y escribió numerosos libros a lo largo de los años. Con motivo de una honorable memoria a su hermana, al final de su vida escribiría unas memorias que le dedicaría a Marina, en las que detallaría su vida compartida de manera exacta y completamente leal. Es así como Hermida Editores nos trae estas memorias, memorias largas pero nada densas, pues están escritas como la levedad de una pluma, pero con el peso, muy denso, de los recuerdos que Anastasía compartía con Marina. De este modo, esta no es sólo la historia de Anastasía, sino también la historia de Marina. También la de su hermano mayor, nacido de la anterior mujer de su padre. El libro es, pues, el retrato de una familia burguesa de la Rusia a principios del Siglo XX.
Dividido en tres partes, infancia, adolescencia y juventud, el libro abarca toda la vida que Anastasía compartió con Marina. No hay una adultez, no pudo haberla. Pero no pasa nada. La infancia de las hermanas transcurrió siendo ambas muy queridas por su madre, con una mirada de compasión hacia Anastasía, pues siempre estaba más débil y caía más enferma que Marina. Sus primeros años estuvieron llenos de juegos. Sus páginas describen a unas niñas que destilaban belleza por la vida. Que la recogieron y la vivieron. Y Anastasía la comparte con nosotros y la lleva consigo a través de estos años. ¿Será la belleza lo que más llevamos con nosotros a través de todos estos años? Anastasía recuerda todo demasiado bien: los objetos, el mobiliario, los hechos, las personas… De hecho, Marina guardaría y llevaría muy dentro, consigo, los cuentos de Hoffman. Ya veríamos a una futura escritora. Las niñas asistirán a un internado en Suiza donde vivirán en un estado de amistad universal y también acudirán a la escuela en Friburgo, donde la pasión de Marina por la lectura se acentuará. Cuando eran pequeñas, las llamaban las gemelas siamesas, aunque Anastasía era más delgada y bajita que Marina. Tuvieron una infancia llena de cultura, tanto por la que les ofrecían sus padres como por la que ellas querían.
Ya en la adolescencia veremos a una Marina obsesionada con Napoléon. Tuvo muchos libros suyos y se sabía de memoria su vida y sus anécdotas. Sería al final de su adolescencia cuando empezarían a publicarse sus poemas. Todo ello desapareció hasta que Anastasia los recuperó a los 43 años.
Anastasía tenía una manera de ver la vida llena de belleza. Mientras que Marina pecaba un poco de pesimismo. Anastasia sacaba la importancia de cada momento, cada detalle. Es un libro, este, que recoge los primeros poemas de Marina, las primeras lecturas, las primeras herramientas intelectuales. Resulta curioso que AnastasÍa tenga más cosas que contar de la infancia y la adolescencia que de la juventud.
Las de Tsvietáieva son unas memorias que parecen escritas sin una mirada retrospectiva, sino desde el pasado mismo, debido a la enorme cantidad de detalles, de hechos, de fragmentos que hilan la vida de Anastasía y Marina. Mientras Marina adquirió el lado más lírico y poético, Anastasía recogió el descriptivo y observador. Sus vidas pueden encontrarse en todos los libros que leyeron y podemos ver los primeros amores de ambas así como todas las ciudades que visitaron y en las que vivieron. Se contará la amistad de ambas con el poeta Ósip Mandelstam y también con Maxim Gorki. Pasarán los años y a Anastasía, Marina le seguirá pareciendo una joven romana. No pudo creer su muerte, de la cual se enteraría 2 años después. Asia iría en busca de lo que Marina dejó. Su rastro. Sus pasos. Sus huellas. Anastasía escribiría estas memorias a los 88 años, el año en que Marina hubiera cumplido 90.
Leer la vida de Asia y Marina es leer la historia en sí misma de la familia Tsvietáieva. Una historia que es digna de leer, de estudiar, de investigar. Sabremos más de una de las escritoras rusas más influyentes del S.XX. Conoceremos su vida más íntima y también más fiel a los ojos de su hermana.