Alain Resnais | Je t'aime, je t'aime

Cuando todavía no se ha cumplido un año de su muerte, Alain Resnais permanece en nuestra memoria con su último filme, Aimer, boire et chanter, celebración vodevilesca que festejaba el trampantojo, la alegría y la comedia humana como piezas elementales de un cine siempre vital, joven e inquieto. Resnais, que tantas películas hizo, fue quizá el cineasta que mejor supo alojar sus historias en esa parte oscura del cerebro, entre la memoria y la repetición, como ecos inacabables e inabarcables de recuerdos que no se pueden borrar. Historias de voces, cuerpos y relaciones, donde la frialdad de la cámara dibujaba, sin embargo, todo el calor de unas heridas y unas grietas por las que se filtraba todo aquello que, dolorosamente humano, portaban sus personajes. La herida, el pasado y la búsqueda sin término para recuperarlo.  La búsqueda que dará con Je t’aime, je t’aime uno de sus resultados más hermosos.

En Mi vida es mi vida: Je t’aime, je t’aime, Jesús Cortés nos invita a sumergirnos en uno de los filmes más delicados e íntimos de Alain Resnais, genuino retrato de un amor fragmentado, inestable e inasible, del que somos testigos a través de las esquirlas que se dispersan en el tiempo como piezas inconexas de un mismo puzzle. Película hermosa, dolorosa, ciencia-ficción política que narra con enorme sensibilidad la historia de dos corazones condenados a desintegrarse en el fragor del tiempo.

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Número seis
Pa(i)sajes: Recuerdos del porvenir
Imágenes: Juan Jiménez García


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