El coloquio de los pájaros, de Peter Sis (Sexto Piso) | Traducido por Valeria Luiselli,  por Francisca Pageo

A partir del legendario y largo poema persa El coloquio de los pájaros de Farid Udín Attar, el ilustrador, autor y cineasta Peter Sís nos trae una adaptación ilustrada que muy bien podríamos calificar como precisa y elocuente dentro del panorama de los libros ilustrados. Estamos ante una obra que nos lleva no sólo al mundo de los cuentos, sino también al mundo donde la metáfora se crea a sí misma, por lo que sus ilustraciones son simbólicas y resultan claves para poder entender lo que el propio cuento y sus autores nos quieren decir. No es de extrañar que Peter Sís haya adaptado este poema-cuento, pues por su complejidad se hacía necesario tenerlo y que también lo leyéramos de una manera más simple y directa.

El coloquio de los pájaros es la propia vida de Attar, simbólicamente representada por un pájaro abubilla y no sólo eso, sino también por pájaros y aves venidas de todas partes. Todas las aves irán en busca del rey Simurg, que vive en la montaña de Karf, quien estará dispuesto a salvarlos de todas las guerras, de la tristeza, del mundo feo en el que el planeta Tierra se ha convertido. Pero sólo 30 pájaros llegarán. Estos pájaros habrán sido los únicos que hayan recorrido los siete valles que llevan al monte de Karf: Búsqueda, Amor, Conocimiento, Desapego, Unidad, Asombro y Muerte. En cada uno de estos valles, Sís detalla un laberinto que nos lleva a pensar en la propia complejidad de cada uno de ellos. ¿No son acaso esas palabras y significados las grandes preguntas y temas de la vida? Una vez pasados estos valles, se darán cuenta de que el Rey Simurg y ellos serán y han sido siempre uno, desde el momento primero en el que iniciaron sus vuelos.

Las ilustraciones de Peter Sís son elocuentes, precisas, con aires antiguos que nos transportan tanto a Checoslovaquia como a la propia Persia. Hay un hilo que conduce a estos dos países de manera invisible en los trazos del ilustrador. Son ilustraciones a medio camino entre el grabado y la ilustración, lo que les dan un tono profundo y vistoso y que no nos dejan indiferentes. Sís ha jugado muy bien con la simbología del poema, sacando los puntos clave en cada una de las diferentes fases. Es sorprendente cómo ha podido abstraer de cada una de ellas lo más importante no sólo para él, sino para lo que Attar nos quería decir.

El coloquio de los pájaros en un viaje al fondo de nosotros mismos. Un viaje lleno de esperanza, de lucha por la vida, de la búsqueda incesante respecto a quién somos y a qué hemos venido a hacer aquí; pese a los problemas adversos y pese a todo. «Leer» este libro es como si las preguntas que nos hacemos constantemente a nosotros mismos fuesen preguntadas por ellas mismas. Y es como si la respuesta fuera siempre a parar al mismo lugar, al mismo signo y símbolo, a la misma respuesta de todas las respuestas. Pero no nos damos cuenta de que todas esas preguntas y respuestas ya estaban en nosotros mismos antes de ser formuladas y respondidas. Ya teníamos todo el poder, toda la sabiduría dentro de nosotros.

Quizá no estemos muy lejos de ser aves con forma humana. Quizá no estemos muy lejos de ser las propias aves de las que hablan Attar y Sís aquí. De esta manera, este libro se convierte en un imprescindible en nuestra biblioteca, para recordarnos qué somos.


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