Ejercicio de las memorias, de Romina Serrano (Liberoamérica) | por Inés Martínez García

Romina Serrano | Ejercicio de las memorias

Escribo estas palabras para responder a una poeta, para responder a un editor, para responder y co-responder a un compendio de letras y nostalgias. Leo Ejercicio de las memorias dos veces antes de dar el salto y dejar que los dedos sangren la palabra. Leo el prólogo sobre Romina Serrano y respondo a todas sus preguntas en mi cabeza mientras una fresa recorre mi garganta. No sé si te ocurrió alguna vez que quisiste con toda el alma encontrar una voz que lo cambiara todo. Sí, la última vez fue hace poco más de un mes. Una voz que hable desde su voz, y no desde otra, y que invente, que arriesgue, que juegue, que cante, que llore, ¡que grite!, que piense en silencio y sepa verte a través de tu través. ¿Quieres decir el amor?

Romina Serrano (Uruguay, 1994) es Licenciada en Letras, docente, editora, escritora y poeta. Es la poeta de la cascada, de la memoria, de la nostalgia, de la carne. Autora de Ejercicio de las memorias (Liberoamérica, 2018) y una de las autoras y editoras de Liberomericanas: 140 poetas contemporáneas, también de la editorial Liberoamérica. Romina ha escrito un poemario breve, que no pequeño. Romina se abre en 34 poemas, en los que encontramos cuerpos: cuerpos maquinales e invencibles, cuerpos vencidos, torcidos, cuerpos húmedos, sin vida, con vida. Cuerpos en carne viva. Ejercicio de las memorias es un canto al pasado, un susurro a la familia, dos (a)brazos tan abiertos como una ventana que claman pasión, saciedad, ganas de pertenencia y, aun así, liberación. Ejercicio de las memorias es nostalgia y un salto de amor.

En un arrebato de soledad fui hasta su jaula,
lo tomé entre manos,
lo llevé hasta mi corazón
y le pedí que cantara
tras la primera melodía
necesité mostrarle cuánto lo amaba
lo amé, lo amé, lo amé
estrechándolo a mi pecho y lo quise tanto
que en mi pecho se fundió
dejando ir
un alarido de clemencia
incapaz de interrumpir el movimiento
que nos hacía uno

La poesía de Romina es destructiva. Grita al amor al mismo tiempo que lo sacude con violencia. Y de la violencia salta al rechazo de la casa, de ese cuerpo que es su casa. La autora nos habla desde el ayuno del amor y del deseo, porque es la única forma de entregarse a ellos.

Nosotros estábamos allí
con la ayuna desesperando
pues sabíamos que al amor y a la mesa
había que ir con hambre

Romina escribe mirándose al espejo. Pero no se palpa con dulzura, sino que el espejo le devuelve una imagen de alguien que se está yendo, cuyo corazón está vacío pero sigue latiendo. Romina recurre a la memoria para salvar el momento. Su cuerpo, que rehúsa de la casa, es el nido en el que gente triste habita. Donde la soledad aumenta y las ilusiones torpes se desbordan.

Se escribe a sí misma y se queja. Se queja de haber saciado su hambre cayendo una vez más en el abismo de la inocencia y se dedica a sí misma una pequeña nota para recordar que renacer duele más que la propia muerte.

Ejercicio de las memorias es un libro repleto de confesiones, del juego que supone su búsqueda de identidad, de la satisfacción después de aprender cómo matar por amor. Romina Serrano es una poeta que se asoma con descaro al espejo y le saca la lengua; una poeta que no se deja matar porque sabe que renacer no solo duele, sino que hacerlo significa cargar con otro cristal repleto de memorias.

Fotografía : agliotti


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