La tradición oculta del alma, de Patrick Harpur (Atalanta) | por Francisca Pageo

Libros

“Ya se sabe lo difícil que es hablar del alma.” Así es como comienza este libro y también así es como esta reseña empieza. Debe ser porque el alma es intangible, un concepto, algo cuasi abstracto que no sabemos muy bien cómo explicar ni entender, pero que Patrick Harpur sabe cómo explicar hablándonos de ella tanto desde un punto científico y empírico como teórico y filosófico.

En este libro se nos muestran las diferentes concepciones que se le han dado al alma, así en oriente como en occidente, desde tiempos remotos hasta nuestros días. Desde los griegos, quienes pensaban que teníamos dos almas (psyché, que se asociaba con la cabeza y actuaba como principio vital, y thymós, que estaba activo en el pecho, los pulmones y el corazón, y del que se dice que siente y piensa), hasta Egipto, que concebía que el corazón era el centro de la conciencia; desde los seres mitológicos, que comprendían los distintos rasgos que pueda tener el alma, hasta el cristianismo, que nos determina como seres individuales y nos la muestran como inmortal.

También cabe destacar los importantes aportes de filósofos como Platón, quien pensaba que el alma tiene tres partes -razón, deseo y espíritu-, y el neoplatónico Plotino, que afirmaba que el alma es un movimiento interior, el deseo de conocer y de ser; psicólogos como Carl Gustav Jung y James Hillman, que comentaban el alma a través de la psicología, el inconsciente, nuestro mundo exterior y la alquimia; o artistas como William Blake, que la mostraba a través de sus creaciones. Todos ellos han llevado el alma a su práctica y teoría. Práctica porque el alma ha sido un profundo objeto de estudio y este se llevaba a cabo no solo en el pensamiento, sino también en el sentimiento y en el hacer. Esto se nos muestra a través de los mitos (como Zeus y Atenea, por decir dos ejemplos), por los arquetipos que rigen nuestro ego, conductas y pensamientos, por las emociones que salen desde nuestro interior, por el deseo de lo que queremos y no tenemos, y por último, por la imaginación, que nos provee de todo lo que creemos imposible pero que está ahí, al alcance de todos nosotros. Con todas estas cosas llegamos a partes que no pueden hallarse en ningún otro sitio como lo es en el alma. A través de todo ello se pueden observar atisbos de lo que el alma puede ser, o que, quizás, simplemente es. Basta con leer  estas páginas para asegurarnos de lo que podemos observar, indagar e incluso potenciar. Así, el libro nos habla del daimon, el cual está íntimamente ligado a nuestra esencia y es lo que nos conecta con los dioses; del espíritu y cómo este engloba todo lo que relacionamos con el alma; del miedo que tiene el ego a lo que desconoce; de la psicología humana en sus múltiples variantes, esto es: lo inconsciente, los sueños, las conductas, los instintos; del misticismo y de la posible vida después de la muerte a través de diversas experiencias, ya sean espontáneas o culturales; y, sobre todo, del gran misterio que nos rodea y en el que nos encontramos inmersos.

Patrick Harpur nos ofrece una visión global y variable de lo que el alma es y no es, y de cómo esta puede encontrarse en todo en lo que nos hallamos envueltos: el arte, el amor, la enfermedad… la vida en sí. De esta forma, nos hace preguntarnos y sentir lo que para cada uno de nosotros es el alma, pues, sin duda, nos identificamos de alguna manera con algo perenne en nosotros que cambia y aprende conforme avanzamos; algo indefinido e interminable, poético y misterioso, ¿no es acaso así el alma? A medida que continuamos su lectura, más aprendemos de todas las observaciones que del alma podemos hacer. Sin embargo, esta se nos escapa, se escabulle entre nuestros dedos, pero nos atrapa de tal manera que es imposible no sentirnos aliviados, arropados o desgarrados, por todas las cosas que podemos sentir en y con ella.

Basta leer las teorías y experiencias de los autores que aquí se nombran, e incluso las del mismo Harpur, para hacernos las siguientes preguntas: ¿conocemos realmente el alma? ¿Es el alma un producto nuestro o es algo con entidad propia? “Solo hablando con el alma y escuchándola podremos conocernos a nosotros mismos. […] Ella es el fundamento del ser.”, nos comenta Harpur. Y, sin embargo, opino que también podría ser al contrario: solo hablando con nosotros y escuchándonos podremos conocer lo que el alma es.


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