Número cinco

Tras el paréntesis de los meses de verano, apenas restan un par de semanas para que comience nuestro quinto número. Como en los dos anteriores, su publicación abarcará un periodo más largo de lo habitual en el que, durante cada semana, lanzaremos uno tras otro los artículos que tenemos en preparación. Textos de cine, sí, pero también de literatura, esa otra obsesión que poco a poco ha ganado más espacio en la revista. Como en anteriores acercamientos, la clave de este número volverá a ser la combinación entre lo evocador y lo sensorial, el cine que sentimos y las emociones que reflejamos a través de la escritura y las imágenes. Así, uno de los temas que protagonizarán nuestros pa(i)sajes, la sección que dedicamos a los monográficos, tendrá como motivo principal la persistencia del instante, esos fragmentos casi desgajados de las películas que, con el tiempo, gozan de una autonomía propia en nuestra memoria, como si se resistiesen a desaparecer.

Hablar de la memoria nos lleva a recordar al cineasta que mejor ha combinado ese terreno con su potencial evocador: Chris Marker. Cuando hace pocas semanas que se cumplió un año de su desaparición, en Détour le dedicaremos un pequeño especial a su obra y a las imágenes que nos ha legado. Otro de los nombres propios de nuestro número será Andrei Tarkovski, sin duda el cineasta más dotado para esculpir en el tiempo y crear momentos de una belleza imperecedera. Y, tal vez porque la belleza no deja de ser una cuestión de gusto, el animador Don Hertzfeldt protagonizará otro de los textos de la revista, un apasionante recorrido por su estilo, tan sencillo como profundamente hermoso, casi un elogio de la resistencia en un momento en el que la animación tradicional comienza a sucumbir ante la apisonadora digital.

En nuestro primer número elegimos como uno de los ejes de la revista el debate en torno a la cinefilia contemporánea, uno de esos problemas abiertos que, a pesar de sus idas y venidas, continúa generando discusiones. En el número cinco se hablará de cinefilia desde diferentes perspectivas y coordenadas geográficas. También de aquellos cineastas que, contra viento y marea, mantienen como signo de identidad una coherencia creativa ajena a cualquier imperativo comercial, enfrentada ante cada intento de homogeneizar las minúsculas singularidades del cine. Y, en otro lugar, quizá más íntimo y conocido, los jóvenes cineastas y sus autoficciones protagonizarán un recorrido intenso por una serie de películas recientes que parecen invocar los rasgos de diarios personales.

Ya queda menos para empezar y estamos deseando publicar unos textos que, ante todo, esperamos que puedan mover a algo tan fundamental como las emociones, las experiencias y, en especial, al diálogo. Si algo ha fomentado la convivencia entre las publicaciones digitales es, sobre todo, la posibilidad de poner al alcance del lector una serie de sensibilidades diferentes que enriquezcan una actividad tan inagotable como la de ver y escribir sobre cine. En esta época tan asombrosamente fértil para las revistas de cine en Internet queremos que nuestro número cinco contribuya a mantener con vida el compromiso con el que abrimos en nuestro debut: poder compartir nuestra manera de entender eso que tanto nos apasiona. El cine.


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