La reciente salida al mercado de La mirada americana. 50 años de Film Comment, la minuciosa antología que el crítico Manu Yáñez ha editado para T&B y el Festival de Las Palmas, nos ha animado a emprender un nuevo diálogo a propósito de los temas centrales que animan toda discusión sobre la cinefilia actual. Así, durante este mes publicaremos la correspondencia que estamos manteniendo con Manu, una serie de conversaciones en torno a la labor editorial -y sus posibilidades de erigir una línea política regular-, el papel del crítico, de la divulgación y de la gestión de contenidos, de las nuevas herramientas y, por supuesto, del estimulante trabajo de arqueología crítica que representa esta mirada sobre Film Comment, entre otros temas.

 

Valencia, 22 de julio de 2012

Hola, Manu.

Conocí por primera vez la edición de La mirada americana. 50 años de Film Comment a través de una conversación de Twitter, unos días antes de que comenzase el último Festival de Las Palmas. En aquel momento me pareció una idea estupenda la posibilidad de ofrecer al lector español un recorrido, tan extenso como exhaustivo, alrededor de la historia de la revista Film Comment. Poco después tuve la oportunidad de leerlo y de ampliar mis impresiones iniciales: la antología de textos no solo permitía recuperar y descubrir a una serie de autores extranjeros, valorados o no en su justa medida, sino también trazar la evolución de estilos e intereses, de la identidad -siento decirlo de forma tan general- de la crítica norteamericana.

En Détour hemos dedicado una atención especial, desde diferentes frentes y visiones, a todo aquello que puede aglutinarse bajo el concepto de cinefilia. Sin embargo, hasta ahora no habíamos tenido ocasión de enfocar ese concepto desde una perspectiva editorial, esto es, apelando a la labor de difusión de contenidos, autores, estilos que contribuyen a subrayar la heterogeneidad y la diversidad de la escritura cinematográfica. De alguna manera, pienso que la crítica española carece, salvo honrosas excepciones, de memoria, es decir, del esfuerzo por recuperar una serie de tradiciones y autores eclipsados en el tiempo, como si la escritura dependiese en exceso de la producción actual. De ahí que todavía me sorprenda abrir números antiguos de revistas consagradas y descubrir los cambios enormes que se han sucedido en gustos, enfoques teóricos y defensas de determinados cineastas. Por eso, me gustaría saber cuál fue ese primer impulso que te llevó a querer compilar cincuenta años de una revista en una selección de artículos.

La actividad editorial en España, a diferencia de países como Chile o Argentina y editoriales como Uqbar o Caja Negra, parece buscar una línea regular de publicaciones que nunca acaba de cuajar. Hay casos dramáticos como el de Paidós, que mantenía un criterio editorial impecable hasta que tuvo que interrumpir sus colecciones; y nuevas editoriales como Errata Naturae, que han editado libros necesarios, por ser parte de la historia reciente de la crítica, como Movie Mutations. En este sentido, no sé hasta qué punto una obra como La mirada americana puede animar a la edición y recuperación de textos fundamentales que solo conocemos en su versión original. Al tratarse de un libro tan poco frecuente en el mercado literario, su publicación también debería servirnos para realizar una autocrítica y, al mismo tiempo, una evaluación de las posibilidades que ofrece la industria editorial y la dificultad que entraña mantener o impulsar una política editorial concreta.

A partir de este último punto se abren varias líneas para discutir, pero quiero destacar, a modo de principio, una: la importancia del rol de editor, su papel activo a la hora de promover y proporcionar, desde la publicación de libros y revistas, una serie de herramientas divulgativas y pedagógicas que nos permitan enriquecer nuestro conocimiento de la cultura cinéfila. Antes de la democratización de contenidos efectuada desde Internet, el crítico podía ostentar el papel de intermediario entre el lector y la obra de arte. Sin embargo, pienso que la progresión de foros, revistas digitales y comunicación en Red está desplazando ese papel hacia el de editor, gestor o programador. En otras palabras, a diferencia de etapas anteriores, tenemos más fácil acceder y compartir lecturas, impresiones y materiales. Así, ante la proliferación desbordante de contenidos, nuestra tarea pasa también por construir plataformas que ordenen y modulen esos contenidos, trazando líneas y proporcionando herramientas para abordarlos. Dedicar esfuerzos para mantener con vida nuestra cultura. Por eso, me gustaría saber hasta qué punto compartes esta tendencia y su viabilidad, tanto desde tu posición de crítico como desde la de editor de la antología de Film Comment.

De momento, lo dejo aquí, a la espera de conocer tu opinión y discutir en detalle aquellos puntos en los que podamos discrepar.

Óscar


4 thoughts on “ A partir de Film Comment. Correspondencia Manu Yáñez, Óscar Brox #1 ”

  1. Hola:
    Ciertamente, es un tema (varios temas) interesante el que se plantea aquí. Teniendo en cuenta la «democratización de contenidos» yo, personalmente, encuentro, en ocasiones, falta de rigor o, incluso, informaciones que están muy lejos de ser veraces. Hay un gran vacío en España a la hora de poner el foco sobre cineastas «del pasado», sobre todo, en lo referente a «escritura cinematográfica». Los que nos dedicamos humildemente a escribir sobre cine, ya no sólo en blogs, sino también en publicaciones, a veces encontramos serias dificultades para documentar, contrastar o, simplemente, descubrir otros puntos de vista. La labor del crítico es difusa en la actualidad, siendo más un «reseñador» que un verdadero crítico, precisamente, por la falta de bagaje necesario para realizar una crítica objetiva, lo cual se traduce en la ausencia de argumentos.

    La compilación realizada por Manu Yáñez, es, sin duda alguna, una fuente valiosísima para los que, como yo, estamos en plena fase de preproducción de una publicación; como también lo pueden ser los volúmenes dedicados a las retrospectivas que se realizan en los festivales de cine de nuestro país. Ver cine pero, también, leer sobre cine, nos ayuda a discernir, cuestionar, ratificar y, si se quiere, juzgar, la tarea del «escritor cinematográfico».

    Por último, creo totalmente necesaria la existencia de plataformas moduladoras, tal y como apunta Óscar. La democratización también ha traído un cierto caos.

    Seguiré muy de cerca este interesante debate.

    Un saludo

    Kike

    1. Hola, Kike.

      Muchas gracias por tu comentario. Tienes razón en lo que comentas sobre lo disperso que está actualmente el concepto de crítico, y como en él pueden habitar el escritor, el «reseñador» e, incluso, el investigador académico. En ese sentido, tal vez deberíamos preguntarnos qué nos ha llevado a esa dispersión, al margen de la proliferación de sitios web y la multiplicación de voces que han sumado opiniones alrededor de la crítica (lo que, por otro lado, no tiene nada de malo). Mi impresión es que, en algún momento de la historia, nos hemos replegado de tal forma, creando núcleos (revistas, foros o focos de opinión) cada vez más reducidos que, en cierta manera, han abierto una brecha en la reflexión sobre el cine. En breve, y sé que puedo estar siendo tan injusto como tajante, creo que hemos olvidado cómo se contagia ese entusiasmo por otras manifestaciones cinematográficas, además de las actuales, y nuestra escritura o nuestro trabajo se ha conformado con dirigirse hacia una minoría sin preguntarse si podía abarcar un poco más. Al reducir tanto el espectro, los daños colaterales han venido definidos por todas esas lagunas de documentación, interés o difusión. Este es un pensamiento que, para ser honestos, debería trabajar mejor. Sin embargo, es un sentimiento que estamos empezando a corregir, de entrada, buscando ese contacto entre nosotros que evite caer en ese autismo que tanto dispersa el trabajo, los hallazgos o los intereses que podemos compartir.

      Un saludo, y espero que la evolución del diálogo siga resultándote interesante. Por supuesto, tienes los comentarios a tu disposición.

      Óscar

  2. Buenos días,

    Como he leído en el anterior comentario esta correspondencia trata sobre un(os) tema(s) bastante interesantes.

    Personalmente, me ha parecido interesante el apunte sobre la transferencia del papel de intermediario entre lector u obra del arte del crítico al editor, gestor o programador (lo que genéricamente podríamos encuadrar utilizando el término inglés de «curator»).

    Por otro lado, y con lo que respecta a las editoriales, creo que se debería hacer referencia a Editorial Fundamentos, que pese a sus insuficiencias, ya editaba en los años setenta a Robin Wood, por ejemplo. También creo que puede hablarse de la colección «Signo e Imagen», que en la editorial Cátedra dirige Jenaro Talens, quien formara parte de la redacción de la revista Contracampo.

    No he leído todavía la antología de «Film Comment» que origina este diálogo, pero espero hacerme con ella en los próximos días. Mientras tanto, estaré atento a lo que aquí se escriba.

    Saludos,

    C.-

    1. Hola, Cristóbal.

      Gracias por tu comentario y por tus aportaciones. Efectivamente tienes toda la razón al indicar la labor de fundamentos o de la colección de Cátedra (que tiene obras tan valiosas como La era neobarroca, de Calabrese). A estos se les podría añadir los tiempos en que Anagrama editaba con traducciones de Jordà (p.ej, aquella obra de Pasolini y Rohmer sobre el cine de poesía y el de prosa); en que Guarner y Oliver sacaban aquellas conversaciones socráticas con Rossellini; o, también, algunos estupendos números de Nosferatu. Y estos son solo unos ejemplos que estoy seguro podríamos completar con más datos. En este sentido, la pena es que ahora, por la coyuntura económica o por el interés, cada vez sea más difícil encontrar este tipo de publicaciones (y eso que, por ejemplo, sí hemos visto en el mercado reciente un libro sobre Portabella) y, sobre todo, encontrar una regularidad en este tipo de publicaciones que, en cambio, sí tienen en otros países. Por eso, como señalaba, me parecía una iniciativa excelente que una anomalía editorial como la de esta antología de Film Comment llegase al mercado español, porque al menos nos sirve para enfocar un camino que ni mucho menos está agotado.

      Por otro lado, con respecto a lo que destacabas en tu primer párrafo, creo que la respuesta de Manu en su carta te resultará muy interesante.

      Un saludo y, como le decía a Kike, aquí tienes espacio para todos los comentarios e impresiones que quieras.

      Óscar

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